El 9 de Noviembre 2016 | 12:12
Devil Daggers
Empezar con el más loco y posiblemente el mejor de la lista es una buena forma de ahorraros tiempo y enviaros a jugar ya a esta obra satánica y repleta de odio y color rojo obra de Sorath, el estudio creador por el trío formado por Eugene Nesci, Jon Marshall y Matt Bush.
'Devil Daggers' viaja a los 90 para recuperar la esencia de unos tiempos mejores en los que todo lo que importaba era la acción descerebrada y las puntuaciones cada vez más altas. Si lo que necesitas son juegos que se ofrezcan a partidas cortas en este FPS encontrarás justo lo que buscas puesto que sobrevivir un minuto es prácticamente una hazaña que merecerá ser cantada por bardos durante eones.
El diseño inteligente protagoniza un juego que reduce al mínimo lo necesario para ofrecer un desafío como pocos en el género de los FPS. Unas pocas armas distintas, una docena de enemigos salidos del mismísimo infierno y una necesidad absoluta de horas de juego y reflejos para poder arañar otro segundo más al contador que te indica el tiempo que has sobrevivido.
Desde el diseño sonoro vital para controlar la posición del enemigo que te puede llevar a la tumba hasta el aspecto visual inspirado en las décadas pasadas, todo es una maravilla sin fisuras en uno de los lanzamientos más potentes dentro del mercado independiente este año y posiblemente de los menos apreciados.
Overwatch
Es una locura intentar decir algo sobre 'Overwatch' que no se haya dicho ya en todas las lenguas en las que se habla sobre videojuegos. Blizzard no inventa nada en absoluto en un juego que aúna la estrategia de conquista y protección de objetivos mediante la combinación de distintos tipos de personajes con capacidades diversas y sinergias que nacen entra la fusión de sus características. Que si es un MOBA, que si esto ya lo hacía 'Team Fortress', que si lo que queráis, pero al nivel de pulido en lo técnico, estético y mecánico de Blizzard no se le puede toser de ninguna de las maneras.
Las cifras reveladas recientemente confirman lo que ya era evidente, 'Overwatch' se ha convertido en un clásico moderno y en la enésima obra maestra de los californianos que llevan décadas maravillando en géneros como el ARPG, el MMO o el RTS. Ahora triunfan en lo que quiera que sea eso de los hero-shooter.
Superhot
No pasó precisamente desapercibido porque, de hecho, era uno de los lanzamientos más esperados del año desde que se dejara ver como un prototipo nacido en una gamejam, pero 'Superhot' es uno de esos nombre que puedes haber olvidado fácilmente con el paso de los meses y no deberías. El juego de Piotr Kosmala y compañía no solo contribuyó al mejor inicio de año en el terreno independiente que recuerda la historia moderna del videojuego con 'Firewatch' y 'The Witness'; este innovador FPS también cambió un poco las reglas del género, uno en el que moverse a todo meter es vital para contribuir al baile de fuegos artificiales que suele acompañar a sus, a menudo, insulsas excusas argumentales.
En Superhot no moverse no era sinónimo de estar detrás de una cobertura, si no de parar el mismísimo tiempo (o ralentizarlo a un 0,0001% al menos). Con esto esta experiencia con personajes de cristal y estética marcadamente minimalista conseguía añadir una capa de puzle o estrategia a los combates de una forma desquiciadamente original.
Pegó fuerte y fue por un motivo, es de esos títulos que no deberías haber dejado pasar este año, pero aún estás a tiempo de enmendar ese error si es que lo cometiste.