El 12 de Septiembre 2015 | 12:44
Todavía hoy, superando la treintena, dar un salto generacional de consola me produce una gran emoción, así que... ¿cómo iba a ser en su momento para un niño de 8 o 9 años? Pura magia, claro. Todavía disfrutando de los últimos juegos de NES y con el gran regusto que dejó Super Mario Bros 3, pude ver una de aquellas cintas VHS que lanzaba de cuando en cuando la revista Hobby Consolas con todos los juegos que llegarían en los primeros meses de Super Nintendo, y uno sobresaliendo entre todos: Super Mario World. En cuanto lo vi, tuve claro que sería el juego con el que estrenaría la consola, y así fue.
Super Mario World es el mejor plataformas en 2D de la historia, y probablemente, una de las entregas que más innovó respecto a la anterior en la larguísima trayectoria del fontanero, superado solo por Super Mario 64 en este sentido. Muchas no, muchísimas fueron las novedades que implementó este juego y que lo hicieron tan especial: la capa, el mapa del mundo y que permitía elegir el nivel a jugar y que incluso, daba la posibilidad de tomar rutas alternativas... De hecho, fueron tan eficaces todos los añadidos que 25 años después, siguen siendo estándar en la franquicia. Sin embargo, una por encima de todas: Yoshi. La inclusión del simpático dinosaurio otorgó tantas nuevas mecánicas que lo hacían parecer prácticamente un juego diferente, y hasta tal punto fue su importancia, que el legado que dejó es historia: juegos protagonizados exclusivamente por él, presencia total en entregas principales de Super Mario, amiibos...
Siempre se recuerda con cariño el juego con el que estrenas una consola, y aunque SNES viera después otros de la talla de 'Super Castlevania IV', algunos de los grandes JRPG de Squaresoft y el, por entonces rey de los recreativos, 'Street Fighter II', 'Super Mario World' se quedó con mi corazón para toda la vida.