El 17 de Agosto 2016 | 14:34
En una semana he visto las dos películas que más llevaba esperando todo el verano: 'Escuadrón suicida' y 'Cazafantasmas'. Una ha cumplido mis expectativas, la segunda, y la otra a medias, la primera. Pero ambas me entretuvieron, me hicieron pasar una buena tarde en el cine y no me arrepiento de haber visto ninguna de las dos. Quiero comentarlas por las dos visiones tan poralizadas que dan de la mujer, y con ello no pretendo catalogar la manera en que me entretuvieron o me parecen mejores o peores en base a lo más o menos sexistas que dejen o sean de ser.
Después de toda una vida visualizando valores tradicionales y machistas en el cine, me he acostumbrado a ello y no necesito que sean rompedoras socialmente para que me gusten las películas. Pero no debemos olvidar que el cine es arte y cultura, no es sólo pasar el rato, es algo más, es lo que los metrajes transmiten, lo que reflejan y lo que enseñan. Y también las reacciones que provocan: aunque hoy en día haya descontento con que las mujeres nos quejemos de las injusticias con respecto al género, en realidad 'Cazafantasmas' ha sido vapuleada incluso antes de ser estrenada, y 'Escuadrón suicida' ha sido cuestionada por su calidad, pero muy vagamente por por la sumisión de sus personajes femeninos (sólo en medios abiertamente feministas). A la sociedad le entusiasma la guapa y alocada Harley Quinn, pero rechaza los chistes de Melissa McCarthy. ¿Quién hace mas ruido?
Y es en ese punto en el que me quiero centrar en este artículo. El objetivo es construir y no destruir, reflexionar y no caer en la espiral hater, como decís hoy en día.