El 9 de Febrero 2017 | 18:50
Seguimos a comienzos de la pasada década, pero en esta ocasión nos trasladamos hasta Hong Kong para conocer esta producción dirigida por Oxide y Danny Pang, ganadora del premio a mejor fotografía en el festival de Sitges y, nuevamente, remakeada por Estados Unidos en 2008 con Jessica Alba como protagonista, aunque la historia dista en varios puntos de esta película original, donde la joven Mun se queda ciega con tan solo dos años, sometiéndose a una pionera operación 18 años después que le devuelve la vista, aunque con ella también han aparecido unos extraños seres que parecen anunciar la muerte.
Basado en testimonios
El guión, que también firman los hermanos, toma de partida testimonios reales de la cultura china, donde el arraigo de los espíritus juega un papel principal en su concepción religiosa del mundo. A través de ellos construyen la historia de Mun y como, una vez de nuevo con el don de la vista, comienza a ver a otra persona cada vez que se mira en el espejo y la presencia de las constantes figuras negras.
Intrigada por conocer quién se refleja en el espejo descubre que se trata de la donante de las córneas que le permiten volver a ver, por lo que se desplaza hasta Tailandia con intenciones de conocer si se encuentra relacionada de alguna forma con la continua presencia de las figuras negras que trae consigo la muerte y que, una vez en Tailandia, comienzan a aparecer en masa, lo que implicaría una gran catástrofe que sólo ella sabe que va a ocurrir.
La película consiguió colarse entre las más exitosas del 2002, consiguiendo atraer la atención del mercado extranjero y de Estados Unidos, que realizó el mencionado remake haciendo ligeras variaciones en la historia original escrita por los hermanos, aunque ambas mantienen similares estructuras, comenzando como una película de género por completo que progresivamente se va transformando en un thriller más habitual y puro.