El 15 de Noviembre 2015 | 10:26
'Need for Speed' nos sitúa en una noche eterna, en la que nunca amanecerá por mucho que el tiempo pase. Muchos podrán entender que no es un ejercicio coherente y que le resta mucha credibilidad, pero precisamente ahí está una de las características más definitorias de esta nueva entrega: dejar pasar lo creíble en favor de lo increíble. La noche se entiende como el refugio natural de los corredores nocturnos, hambrientos de nuevas carreras clandestinas con las que demostrar que son los mejores pilotos, tienen los mejores coches y de paso ganar unos cuantos dólares.
Por eso el guion no es tan importante en el contexto de 'Need for Speed', ya que estamos dentro de un universo que no resulta del todo creíble desde el primer momento. De igual forma, el juego mezcla lo irreal de su concepto con lo real de los actores de carne y hueso que protagonizarán todas las escenas cinemáticas que pueblan el título. Estas escenas tienen como objetivo principal el de contextualizar todas las carreras, para que éstas no sean simplemente un sinsentido de pruebas que debemos correr sin parar porque sí. En esto también se apoya nuestro teléfono móvil, con el que siempre recibiremos llamadas de estos personajes y con las que desbloquearemos nuevas pruebas y carreras.
Los diálogos son sencillos, la profundidad de la historia es bastante nula y no nos encontramos ante el mejor guion de la historia. Ahí estamos de acuerdo, pero es que 'Need for Speed' tampoco necesita tener todo eso para funcionar y para hacernos entender que estamos en un universo propio creado para la ocasión. Tampoco es coherente que el Sol no salga a pesar de poder pasarnos decenas de horas recorriendo sus calles bajo el amparo de la Luna. Y no pasa absolutamente nada por ello.
Lo curioso es que estos personajes de carne y hueso se fusionarán con el mundo del videojuego, y siempre se dirigirán hacia nosotros de forma directa. Nosotros no somos un personaje definido y más bien podríamos entenderlo como un Avatar, ya que nuestro personaje no pronuncia una sola palabra en todo el juego ni tampoco toma ningún tipo de decisión a pesar de situar la cámara en primera persona. Simplemente estamos ahí, siendo testigos en primera fila de las conversaciones y las acciones que este grupo de personajes realiza de forma bastante habitual.
Pero no hablar o no mostrar nuestra opinión, a través de diálogos o acciones, no implica que nuestra personalidad no pueda ser implementada en el juego. De hecho, 'Need for Speed' también consigue que entendamos que el puro protagonismo del juego lo tienen los propios vehículos y la posibilidad que tenemos nosotros de tunearlos. Nuestra personalidad se refleja en nuestra forma de conducir (ya que habrá distintos tipos de Reputación que ganar dependiendo de nuestra manera de dirigir el vehículo) y también de forma estética, con la decisión de variar casi cualquier aspecto de nuestro coche.