El 10 de Enero 2016 | 10:04
Es curioso darse cuenta del poder real con el que cuenta la masa de público, ya que su gusto es el que hace variar la industria al completo. Lo estamos viendo recientemente con esa proliferación de mundos persistentes que comentaba antes, o de cómo una afluencia masiva de comentarios negativos hacia un tipo de juego concreto provoca que todos los demás no quieran parecerse a él. La industria evoluciona y lo hace para adaptarse al gusto de la mayoría, aunque parezca que no.
Me gusta hacer un símil con el mundo de los videojuegos y cualquier especie animal a lo largo de la historia. Si cogemos a un dinosaurio, por ejemplo, nos daremos cuenta de que a día de hoy han evolucionado hasta convertirse en aves, que están mucho más preparadas para sobrevivir en un entorno que nosotros mismos hemos creado. En el mundo de los videojuegos ocurre lo mismo; antes encontrábamos a dinosaurios como 'Turok' y ahora encontramos a su evolución natural: unas aves que no resultan tan directas, primitivas y salvajes como los dinosaurios, pero mucho más adaptadas a los tiempos que corren.
Nosotros estamos generando ese ecosistema en el que los videojuegos, como si se tratase de una especie animal, debe adaptarse para intentar sobrevivir. Por eso ya no encontramos propuestas del mismo estilo de 'Turok' y todo evoluciona más allá de los gráficos y de la tecnología más palpable. Estamos amoldando el mundo y la industria lo hace con gusto, ya que el dinero sigue siendo el motor principal para su desarrollo.
Por eso tiene mucho sentido que sigamos disfrutando de títulos clásicos, que nos demuestran casi con una bofetada cómo era la industria antaño, cómo eran nuestras exigencias y cómo el medio ha ido evolucionando para ir cumpliendo las que nos iban surgiendo. El videojuego camina hacia un lado del sendero, hasta que nosotros nos cansemos, lo hagamos saber y tenga que dar media vuelta para encontrar un atajo que consiga volver a ponerle a la par junto a nosotros y, lo más importante, junto a nuestro bolsillo.
Ya sabéis, pensad dos veces antes de decir que un juego no aporta nada nuevo o simplemente sabe lucir gráficos bonitos, porque en realidad será una especie que sigue tratando de adaptarse a nuestros gustos, lo haya conseguido satisfactoriamente o no. Ya no salen videojuegos como antes y por eso también tenemos que disfrutar de los de ahora: porque tampoco serán así en el futuro.
Estamos dentro de un círculo muy hermoso, ya que el videojuego todavía no ha encontrado ni de lejos su punto más maduro. Pero nosotros tampoco, por eso las tendencias suelen ir variando.