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La Columna - Cuando el jugador se convierte en actor

AVATAR Y PERSONAJE

Por Álex Pareja

El 18 de Octubre 2015 | 09:40

A pesar de que muchos juegos nos permiten tomar decisiones y ponernos en la piel de sus protagonistas, no es lo mismo hacerlo a través de un avatar que a través de un personaje ya definido.

Estamos muy acostumbrados a ponernos en la piel de un avatar en el mundo de los videojuegos, que actúa como personaje creado por nosotros mismos al que no solo le aportamos la personalidad que nosotros creemos conveniente, sino también sus habilidades a través de menús de mejoras de habilidades, por ejemplo. El avatar se convierte en nuestra representación dentro de un mundo y una historia creados para la ocasión, y generalmente los demás personajes no suelen dirigirse de forma demasiado directa hacia nosotros. Cuando sí lo hacen, nosotros tenemos el poder de elegir la respuesta que dará.

Uno de los muchos ejemplos posibles, por nombrar un estudio y dos sagas de sobra conocidas por todos, podría ser BioWare con sus franquicias de 'Mass Effect' o 'Dragon Age'. Allí, no solo podemos elegir cuál será el protagonista de la historia decidiendo prácticamente cualquier atributo físico (incluso podemos decidir el género o su raza) sino que será nuestra representación dentro del juego. Nosotros somos él/ella dentro de las decenas de horas que vamos a pasar junto a ese videojuego, convirtiéndonos generalmente en los protagonistas absolutos.

Dragon Age Inquisition

El avatar es un sistema muy sencillo de proporcionar al jugador unas herramientas básicas o complejas para que pueda tener una representación dentro de un videojuego, que además será única y diferente del resto de los jugadores del mundo. Ningún otro jugador va a vivir exactamente la misma historia en 'Dragon Age: Inquisition', por ejemplo, porque nunca van a existir dos personajes iguales, que además actúen de la misma manera, tomen las mismas decisiones o tengan las mismas habilidades desarrolladas. Todos nos convertiremos en Inquisidor y el trasfondo de la historia será el mismo, pero no manejamos a nadie en concreto, con su propia historia, pasado y personalidad, sino que todo eso se lo aportamos nosotros como jugadores.

Sin embargo, también existen otros videojuegos que, utilizando un sistema jugable similar al tipo de obras antes mencionadas, cuentan con un protagonista definido. Nosotros no somos realmente los protagonistas de esa historia y no podemos crear a un avatar para que se interne en ese mundo. No podemos crear la historia de nosotros mismos, en forma de avatar, sino que tenemos que ponernos en la piel de un personaje concreto, al que vamos a tener que acompañar igualmente a lo largo de decenas de horas. Es el caso más claro en el que el jugador se convierte en actor.

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