El 29 de Octubre 2016 | 12:13
Tsuro
Si de algo puede destacar este juego es por lo fácil que es aprender y lo rápido que se juega, con partidas que rara vez duran más de veinte minutos. Cada jugador tiene dos fichas en su poder y las coloca donde quiera en el borde del escenario, y debe construir caminos para que avancen sus fichas automáticamente. Por turnos se vanzan caminos y la tensión crece cuando un jugador está cerca de la ficha de otro jugador y puede llevar a la de su rival a la destrucción al salirse del escenario y chocarse con otra ficha. Tiene tan factor de impredecibilidad con muy poca aleatoriedad y necesidad de conocer el mundo de juegos de mesa, que 'Tsuro' es el juego de mesa perfecto para desconectar de ellos y para la gente que no tiene especial interés en ellos.
Dobble
Más basado en la habilidad que en la suerte y estrategia, varios usuarios tienen que encontrar la pareja de dibujos iguales entre la carta del centro de la mesa y la que tienen en juego. Tiene varios modos de juego y es perfecto para jugar con los niños a algo más que el parchís o el 'Monopoly'.
'Jungle Speed'
Un juego que no falta en las colecciones de jugadores de mesa más dedicados, y es tan popular que incluso Ubisoft pidió la licencia para hacer su versión con los 'Rabbids'. El juego se compone de cartas cuadradas y un totem de madera puesto en el centro del círculo de jugadores, y no es nada complicado de jugar.
Cada jugador saca una carta de las que tiene en su pila y la muestra y rápidamente debe ver si coincide en forma con la de otro jugador que tenga en juego, mientras a su vez debe de estar atento a las cartas de los demás. Si coinciden dos cartas en forma, el perdedor del duelo consigue las cartas que ha puesto en juego el ganador. En texto es complicado de explicar, y es de esos de los que hay que jugar para comprender por qué sigue siendo muy popular aún a día de hoy con gente que se crea sus propias mesas de 'Jungle Speed', y por qué los jugadores veteranos piden siempre que se quiten anillos, pulseras y uñas postizas para evitar lesionar a otros.
Ubongo
Otro juego que no es especialmente complicado y se puede jugar a los niños. Todos los jugadores tienen la misma serie de fichas iguales que recuerdan a los tetraminós de 'Tetris', y en cada turno se pone como desafío completar una figura con las fichas que digan según la dificultad que los jugadores hayan acordado.
Cuando uno termina su figura, grita Ubongo y consigue gemas que sirven como puntos en el recuento final. Aquí prima la lógica y saber construir figuras, con lo que quienes tienen cierta alergia a los juegos de estrategia y preparación.
No, ¡gracias!
Otro juego sencillo para los jugadores más novatos, con mucha estrategia detrás pese a un funcionamiento sencillo.
Aquí los puntos son negativos y tenemos que pagar fichas para no llevarnos cartas que nos añadan puntos, y en algún momento alguien se lleva su carta con la que consigue todas las fichas que tiene en juego y si consigue cartas encadenas, sus puntos no se añaden. Es algo complicado de explicar en texto y parece poco intuitivo, pero con sólo dos partidas se puede entender su funcionamiento.
Takenoko
Más pensado para los niños, en este juego controlamos a un jardinero imperial que a su vez debe de cuidar un panda que se va a comer todo el bambú que se encuentre por su camino. No es especialmente complicado ni profundo, pero puede ser un buen regalo para poner debajo del árbol de navidad para un futuro amante de los juegos de mesa.
Kanzume Goddess
Este juego de cartas puede echar muy para atrás con su diseño de cartas con chicas extremadamente voluptuosas, pero tiene cierto componente estratégico detrás. Como en el 'Bang', somos un personaje con habilidades especiales que invoca guerreras basadas en los signos del zodiaco que conseguimos con oro.
Es un poco complicado en sus primeras partidas, pero quien juegue dos o tres sabrá encadenar efectos devastadores para poner en juego más cartas que las que las reglas permiten que uno tenga en la mano. No es especialmente profundo pero tiene la variedad suficiente como para que se puedan hacer torneos sin que afecte mucho el azar.
Exploding Kittens
¿A quién se le pudo ocurrir la idea de una ruleta rusa con gatos? Al dibujante de la tira cómica The Oatmeal. Sencillo: cada jugador toma turnos para sacar carta o usar una para saltar su turno, y si consigue una de un gato que está a punto de provocar una explosión, debe usar una carta para distraer al gato y llevar la carta de nuevo al mazo.
Boss Monster
Volvemos a un juego de mesa pensado para amantes de los videojuegos, y esta vez se trata de algo más original que 'No Game Over'. Somos el jefe de una mazmorra a la que van a invadir héroes, y debemos construir mazmorras con las suficientes trampas para que no puedan acercarse a nosotros mientras conseguimos experiencia y los demás jugadores sucumben ante los héroes. No faltan las referencias, y las cartas están decoradas con un precioso pixel art, y a eso le sumamos las alocadas combinaciones de escenarios y mazmorras que se pueden crear para derrotar a los héroes que quieren acabar con nosotros.
Huye de 'Juega con cultura friki'
Terminamos ésto con una anti-sugerencia, y es huir de un juego que presume de ser para los frikis. Al ser un juego de preguntas y respuestas basadas en conceptos que se actualizan, cuando lo jugamos varios desconocidos en un evento, muchas preguntas estaban obsoletas, y la gota que colmó el vaso fue una que tomaba en serio el estereotipo sexista de que una chica friki.
Nos sentíamos insultados por un juego que parecía hecho por guionistas de 'The Big Bang Theory', y aprovecho este espacio para recalcar su sexismo y estereotipos anticuados y absurdos. Si tu madre te lo regala creyendo que te gustará, pide el ticket de compra para devolverlo.