El 30 de Junio 2018 | 10:05
Un dato curioso: las Wachowski escribieron 'Matrix' antes que 'Lazos ardientes', pero no se decidieron a producirla hasta que esta última se estrenó. Entre tanto, planearon para Warner Bros. otros guiones, como una historia al estilo Hitchcock, una versión de 'Plastic Man' y otra de 'V de Vendetta', que vería la luz tras el éxito de 'Matrix'.
En un principio, concibieron el proyecto para que fuese un cómic, pero al revisar el guion se dieron cuenta de que el material exigía más dinámicas visuales de las que el papel y la tinta pueden ofrecer. Unas dinámicas que terminaron por revolucionar los efectos CGI y las coreografías en las escenas de acción.
¿Pero qué podemos decir de 'Matrix' que no resulte redundante, a estas alturas? Es una película de culto dentro de la ciencia ficción, e incluso fuera de ella. Son pocas las personas que no la han visto nunca, ya que resulta atractiva también desde un punto de vista tanto filosófico como religioso. Como seres humanos, nos aterroriza pensar que nuestro poder es una ilusión, que no nos damos cuenta de que nuestras vidas son una mentira. Y la simbología del cristianismo (Neo como nuestro salvador, Trinity, etc.) está maravillosamente llevada. 'Matrix' lo tiene todo.
Gustó tanto que Warner Bros. dio luz verde a dos secuelas en 2003: 'Matrix Reloaded' y 'Matrix Revolutions'. Solo que no fueron exactamente "secuelas".
"Matrix es el guion que todo el mundo nos rechazó. Siempre querían cambiarlo," explicó Lana en una entrevista con BuzzFeed.
Al presentar la historia de 'Reloaded', sus superiores exigieron una suerte de imitación de la primera, algo que siguiera en la misma línea, no algo que incomodara y doliera (lo cual también se puede aplicar a 'Revolutions'). De haber sido por Warner Bros., la historia final sería muy distinta, y Neo y Trinity no habrían tenido ese final.
"El concepto entero de 'Matrix' es que queríamos que la audiencia se diera cuenta de lo que te hacen las películas a ti, a tu conciencia, y que se sintieran, de algún modo, obligados a seguir a Neo de la misma forma en la que él atraviesa su lucha con su propia relación con su mundo. Queríamos que la audiencia sintiera esa lucha también. Nunca pretendimos que fuese una "secuencia"."
'V de Vendetta', 'Speed Racer' y 'El destino de Júpiter': polarizantes y "antiamericanas"
A pesar del éxito de 'Matrix', las Wachowski mantuvieron un perfil bajo durante cinco años y no volvieron a dirigir ninguna película. En su lugar, rescataron su antiguo guion de 'V de Vendetta' y lo retocaron, dejándole el puesto de director a su asistente James McTeigue.
Tampoco en este caso queda mucho que decir respecto a 'V de Vendetta'. Su fama la precede. Con Hugo Weaving (actor recurrente en las películas de las Wachowski) y Natalie Portman como protagonistas de la novela gráfica de Alan Moore, la película fue bien recibida por una parte del público, pero muy criticada por otra. Su contenido revolucionario se consideró antiamericano, sobre todo al estrenarse a los pocos años de la tragedia del Once de Septiembre.
Pero las hermanas no vacilaron: "Este es, sin duda, el momento de hacer esa película."
A 'V de Vendetta' le siguió otra película igualmente polarizante: 'Speed Racer'. La película menos política que uno se podría imaginar, algo que Warner Bros. sin duda agradeció.
Basada en el anime 'Mach GoGoGo', esta película de 2008 explica una historia muy sencilla en comparación a 'V de Vendetta' o incluso a 'Bound', protagonizada por un amante de las carreras de coches llamado Speed. Representaba la estética del cubismo y Litchtensteinel y pop art y... el resultado fue rarísimo. Psicodélico. Pero las Wachowski querían justamente eso, y cumplieron con su objetivo, si bien gran parte del público no se mostró de acuerdo.
Y así llegamos a 'El destino de Júpiter'. Esta película destaca por ser la primera obra original de las Wachowski en mucho tiempo, siendo 'V de Vendetta', 'Speed Racer' y 'El atlas de las nubes' —de la cual hablaremos en el siguiente apartado— todo adaptaciones. De nuevo ciencia ficción, su historia es mucho más convencional que las anteriores. Podríamos llamarla incluso típica. Mila Kunis es Júpiter, una chica de la limpieza que resulta ser una copia genética exacta de la reina del universo, razón por la cual los hijos de esta la persiguen. Se enamorará de Caine (Channing Tatum), un híbrido de lobo y humano que decidirá protegerla de sus enemigos. No es nada innovador —de hecho, casi hundió su reputación— pero tiene una fotografía bonita, y mensajes interesantes.