El 27 de Febrero 2017 | 18:00
No vamos a irnos sin hablar de la habilidad definitiva de Tracer. La Bomba de Pulsos es un dispositivo que se adhiere a cualquier objetivo (vivo o inerte) y explota afectando a todo lo que haya en su radio de acción. Parece bonito ¿no? Pues no lo es en absoluto. La efectividad de este explosivo dependerá de lo bueno que seamos con el resto de habilidades de Tracer. ¿Por qué? Porque realmente el radio de acción de la bomba es muy corto y si no la colocamos bien, puede ser un acto completamente inútil.
La estrategia estándar (dejando libertad siempre de actuación a los jugadores) es entrar con traslación a colocar la bomba y volver a nuestro sitio con regresión, pero no es tan sencillo como se explica aquí. De nuevo, la velocidad a la que se mueve Tracer nos impide colocar la bomba tranquilamente, por lo que muchas veces (y hasta que seamos capaces de dominar el conjunto) veréis cómo el dispositivo cae al suelo y termina por no hacer mucho daño.
Leer las situaciones es clave también para ejecutar con éxito este poder. Nos llevará tiempo, pero lo óptimo es aprovechar un momento en el que haya varios héroes e intentar adherir el explosivo a uno de ellos o aun objeto al que estén pegados, ya que así nos aseguramos la baja de, al menos, un enemigo.
Tracer es (casi) el personaje perfecto de 'Overwatch'. Teniendo en cuenta que la mayoría de objetivos consisten en dominar escenarios, la velocidad de este personaje la convierte en el aliado perfecto, ya que es capaz de colarse entre las defensas enemigas y que fijen su atención en ella, dándole a sus compañeros una abertura perfecta para atacar. Desde otro punto de vista, sirve como distracción a enemigos más grandes para que otros puedan huir o acabar con ese enemigo. Por todo ello, es uno de los héroes más complicados de dominar.