El 7 de Julio 2016 | 13:09
El lado más crudo de Gamelab lo descubrí al día siguiente de haber cerrado el evento, el alojarme con un buen puñado de desarrolladores durante los días que pasé en Barcelona me sirvió para comprobar que al terminar Gamelab nada había importado realmente para ellos, el evento no había sido efectivo para aquellos a quienes pretendía ayudar. Los desarrolladores, supuestos protagonistas de un evento destinados a ayudarles a encontrar financiación para sus proyectos y a comprender mejor el funcionamiento de los mismos se fueron de la feria igual que llegaron, sin nuevos contactos realmente relevantes y sin haber enseñado sus proyectos a inversores.
"Este evento acoge un millar de asistentes que representan a más de 500 empresas y organizaciones de todo el mundo." Es lo que reza uno de los párrafos de la presentación de Gamelab en su web oficial. Mientras charlábamos sobre nuestro resumen particular del evento con un día de reposo para tenerlo todo bien claro los desarrolladores con los que compartí casa coincidían en que "la impresión de la gente será que había muchos inversores porque oían a gente hablando en inglés, dirán que el evento fue un éxito y que es muy necesario, pero no es así en absoluto".
La presencia de empresas consolidadas como Sony con sus gafas de realidad virtual resultó algo incomprensible para esos pequeños estudios que tenían un espacio limitado, caro de reservar y que por su posicionamiento hacía bastante incómodo el paso de los curiosos que estuvieran interesados en sus proyectos. La única distribuidora presente fue Sindiecate, a quienes dedicaremos un artículo especial puesto que acaban de nacer y vienen a hacer las cosas de una forma muy rompedora en la industria nacional.
Otras fuentes me comentaban que la organización de Gamelab, a pesar de ser una sin ánimo de lucro como rezan las primeras líneas de texto en su web, va buscando sectores del mercado en auge sin preocuparse por cuidar y hacer crecer su iniciativa primigenia, la de ayudar a pequeños equipos de desarrollo con una reunión destinada a la parte de empresa y al networking bien organizado. Se dejó caer también la posibilidad de que en futuras ediciones el evento apueste por los e-Sports dada la popularidad que este sector del videojuego está ganando rápidamente.
Todo esto por supuesto son sensaciones totalmente subjetivas de quienes asistimos allí durante los 3 días, pero poca gente tiene mayor potestad que los desarrolladores allí situados para reclamar la baja calidad de un evento que está dedicado a ellos. El resumen general del Gamelab 2016 es que fue un éxito, que todos se lo pasaron muy bien y que la gente famosa se hizo muchas fotos con fans muy felices. El otro resumen es que el evento resultó irrelevante para todos aquellos que asistieron con la idea de dar un empujón a sus proyectos, de hacer contactos, de meter una patita en el mercado con la ayuda de este evento. Lo que deparará Gamelab 2017 solo el tiempo lo dirá, pero que algunos desarrolladores estén moviendo la idea de formar su propio evento debería darnos algunas pistas sobre que la cosa no está yendo demasiado bien.