El 29 de Agosto 2017 | 22:00
Informe policial.
Todo parece haber terminado con el fallecimiento de Estefanía y su familia, aunque apenada, podrán descansar por fin. Otoño 1992. Los padres de la joven están durmiendo plácidamente en su habitación. Su madre, Concepción, se despierta en mitad de la madrugada, ha sentido algo. Ha sentido como su hija ha tocado su mano, desnuda, pese a ser una noche fría. Pero no ha sido una sensación agradable o placentera, si no todo lo contrario. ''Mamá'', ''mamá'', escucha repetidas veces Concepción. Días después, la familia sigue sufriendo episodios paranormales. Rotura de vasos, objetos que parecen moverse solos, sombras erráticas, apertura y cierre de puertas... Pero, sin duda, la situación más desconcertante y terrorífica ocurre el día 1 de noviembre, cuando una fotografía de Estefanía situada en el salón comienza a arder sorprendentemente sin dañar los objetos de su alrededor. Tanto como la madre de la familia como sus hijas, describen haber visto a una figura oscura, esbelta, que ronda de vez en cuando los pasillos de la casa.
Parece que esto no ha terminado para la humilde familia
En noviembre de 1992, de madrugada, la familia llega a una situación imposible de controlar, estos episodios paranormales llegan a un clímax desesperante. El padre de la familia, Máximo Gutiérrez, agnóstico como se define, no puede creer lo que sus ojos están viendo. La familia se ha confinado en el salón de casa y ha bloqueado la puerta con un mesa. Esa mesa es empujada violentamente en repentinas ocasiones, como si alguien quisiese entrar. Los cuadros empiezan a girar sobre sí mismos, un pequeño Jesucristo de esmalte, es separado abruptamente de su crucifijo. Ambos padres, se envalentonan y deciden salir al pasillo. Todo parece en calma. Se dirigen hacia el baño y allí, justo en medio del pasillo, ambos declaran haber visto una figura, parecida a un hombre, parado enfrente de ellos. Máximo acude rápidamente al teléfono del salón y marca el 091.
La policía es testigo de los fenómenos
Una llamada con tono de desesperación es contestada por los servicios de emergencias. Cuando los agentes se personan en el número 8 de la calle Luis Marín, el padre espera en la calle a pesar del frío nocturno de noviembre. Al domicilio acceden el Inspector jefe José Pedro Negri y otros tres policías. Todo lo que había avanzado Máximo por teléfono se confirma ahora por los agentes de policía. Según recoge el informe policial, cuando están sentados junto a la familia, ''pudieron oír y observar como una puerta de un armario perfectamente cerrada, cosa que comprobaron después, se abrió de forma súbita y totalmente antinatural''. Así se desencadenó ''una serie de sospechas serias''. No habían salido de la sorpresa y comentando la misma, se produjo un fuerte ruido en la terraza donde pudieron comprobar que no había nadie. Tales sospechas, por tanto, ''aumentaron y se reforzaron'', hasta confirmarse definitivamente: ''momentos después pudieron percatarse y observar como en la mesita que sostenía el teléfono y, concretamente, en un mantelito, apareció una mancha de color marrón consistente identificada como babas''. Y esto no queda aquí, los agentes en una inspección rutinaria a la casa observaron el crucifijo en el que el Cristo estaba separado de la cruz, al tiempo que un póster sobre el que se ubicaba contenía las huellas de un arañazo. Como conclusión, los cuatro agentes certificaban que allí, en la humilde casa de Vallecas, hay una serie de fenómenos de todo punto inexplicables.
Tranquilidad para la familia
La familia Gutiérrez Lázaro deciden poner el piso en venta y mudarse a una nueva vivienda e intentar volver a la normalidad. Por suerte, en la nueva casa, parece haber encontrado la tranquilidad que tanto ansiaba. Una nueva familia se traslada a la casa de la Calle Marín y en ningún momento ha denunciado algún tipo de situación paranormal.
El caso Vallecas sigue, hoy en día, sin una explicación lógica o científica y es el único expediente catalogado en España como ''Caso paranormal'' y es uno de los episodios más importantes de la parapsicología en nuestro país. Es un caso relativamente reciente que hoy en día sigue dando que hablar. Ha sido tema de conversación en programas tan famosos como Cuarto Milenio y puedes encontrar multitud de vídeos e informes por la red que intentan clarificar los terribles sucesos. Paco Plaza, director de 'Verónica' ha cogido esta interesante historia y ha realizado su particular versión de ella con cambios significativos.