El 6 de Noviembre 2017 | 23:00
Tras décadas y décadas de silencio, por fin la sociedad ha roto a hablar. Por fin se ha abierto la caja de Pandora, por fin las mujeres están denunciando todo el daño que han sufrido a lo largo de los años. Hay quien las juzga por haber tardado demasiado en denunciar, pero no debemos olvidar nunca que estamos hablando de las víctimas. De personas que han pasado por situaciones muy duras y que, además, sabían perfectamente que si denunciaban las voces públicas se les iban a echar encima. El miedo hace que las personas se paralicen.
La experiencia y el relato
A esto hay que sumarle que se sentían solas ante el poder de algunos de estos productores y actores. No sabían que había tantas mujeres que habían pasado por lo mismo, que podían unirse entre sí y acabar formando un auténtico ejército a la hora de denunciar; el ser humano se siente mucho más seguro cuando actúa en grupo que cuando lo hace de forma solitaria. Y no nos engañemos, Weinstein no está solo, ni mucho menos; él dispone de todo un grupo de abogados, de hombres dispuestos a darlo todo por él, a encubrirle a cualquier precio. Porque sabían perfectamente lo que pasaría una vez que la caja de Pandora finalmente se abriera.
Lo único que podemos esperar ahora es que tras las denuncias, Weinstein no quede impune. Echarle de las asociaciones de cine no es suficiente castigo para alguien que ha cometido delitos de agresión sexual, ni mucho menos. Esperemos que se investiguen todos y cada uno de los casos, y que los culpables acaben siendo castigados tal y como merecen. Porque solo así conseguiremos que no se repita, que las actrices de mañana estén libres de todo esto. Que las mujeres, en sí, estén un paso más cerca de la libertad y de la ansiada igualdad.