El 20 de Noviembre 2015 | 21:41
El juego del que hablaremos ahora es otra de esas producciones que quizá hoy en día llegarían a nuestro continente (las portátiles actuales podrían ser las beneficiadas), pero que en aquella época estaban condenadas a quedarse en tierras japonesas, además por motivos obvios. Una buena forma de contarle a la gente de qué se trata 'Battle Dodgeball', es hablar sobre su orígen. Uno que se encuentra en una série muy famosa en Japón, de nombre 'Compati Hero Series', y cuyos juegos que formaban parte de ella debían cumplir una premisa básica: compatibilizar los robots gigantes (o mechas) con los héroes Tokusatsu. La lista de títulos de la série es muy abundante, pero todos tenían algo más en común: fueron desarrollados por Banpresto, y / o Bandai Namco (por aquel entonces Bandai a secas). Desde plataformas, a RPG's, pasando por varios títulos de deporte, como el que nos ocupa hoy.
Otro de los elementos característicos de la série, era que todos los personajes, evidentemente sacados de las más famosas franquicias de robots y héroes Tokusatsu, estaban recreados con un estilo SD (Super Deformed). Es decir, los típicos personajes de desproporcionadas medidas, con cabezas grandes y cuerpos pequeños. De ese modo, fuera cual fuera el género del juego, a buen recaudo veríamos personajes como 'Mazinger Z', o 'Ultraman', formando un 'Crossover' de aquellos antológicos para los japoneses. Supongo que no hace falta decir el éxito que tuvo la série por aquellas tierras, llegando a múltiples plataformas como la propia SNES, Game Boy, o incluso PSP y Nintendo DS, que por cierto, fueron las últimas agraciadas al recibir títulos en el año 2012. Uno de esos títulos, para la portátil de Sony Computer Entertainment fue precisamente la tercera y última entrega de la subsaga 'Battle Dodgeball'. Evidentemente tampoco llegó a Europa.
El juego del balón prisionero
Sí, efectivamente, como algunos habrán podido intuir por el título en inglés del juego, 'Battle Dodgeball' no es más que un "simulador" del juego del balón prisionero. Aquel que tantos y tantos chavales (entre los que me incluyo) hemos jugado en la clase de educación física del colegio o del instituto (también conocido con otros nombres según territorio). Aparentemente podríamos pensar que, por lo tanto, estamos ante un juego sencillo, con pocas reglas y premisas, y con un desarrollo simple. Sin embargo, tengo que decir que es justamente todo lo contrario, y por eso está aquí hoy. Aparte de poseer una banda sonora colosal, con temas licenciados y sacados de las propias séries televisivas en las que se basa, y de disponer de un apartado gráfico más que colorido e interesante (las animaciones cumplen muy bien, por ejemplo), 'Battle Dodgeball' también es una sorpresa mayúscula en cuanto a su propuesta jugable y su profundidad. No es solamente un buen juego deportivo, capaz de enganchar a cualquier jugón, sino también un producto que mezcla más de un género de manera más que acertada.
Aunque en modos de juego escasea, ya que prácticamente se limita a disputar partidos contra la CPU (con un elevado nivel de dificultad si así lo deseamos) o contra un amigo, lo realmente importante está en las posibilidades que nos ofrece cada partido. Evidentemente, como buen simulador, toma las normas del deporte en el que se basa, pero con licencias propias, claro está. Más aún teniendo en cuenta que los jugadores son superhéroes. Desde la posibilidad de usar armas, hasta la capacidad de usar poderes especiales, tanto en ataque como en defensa. Y es ahí justamente donde 'Battle Dodgeball' mezcla géneros y gana muchos enteros, ya que tanto nuestros jugadores como los oponentes tendrán una barra de vida (HP), y una de magia (PM), e incluso podremos ir ganando experiencia y mejorando nuestros personajes, a medida que avancemos en los distintos torneos que el juego nos propone para el modo de un jugador.
En definitiva, el primer título de esta subsaga, el segundo de la série que tanto éxito tuvo en Japón, y un juego avanzado a su época (hay que recordar que estamos hablando de 1991), capaz de mezclar varios conceptos para ofrecer un producto sólido, completo y mucho más profundo de lo que algunos puedan esperar de él. Es perfecto para partidas multijugador, pero lo más importante es que sigue siendo tremendamente divertido para jugar en solitario. Sus partidos de 3 contra 3 (en cada enfrentamiento tenemos también a 3 reservas de menor importancia), son ágiles, su mecánica es simple de entender, y ofrecen diversión directa y sin frenos. Yo lo descubrí hace muchos años, y aún sin sentirme especialmente atraído por la mayoría de licencias en las que se basa, me enamoró por completo. Además os falta por conocer un detalle muy importante: no es necesario entender el idioma para disfrutarlo al 100%. Vamos, que si nunca lo habéis probado ya estáis tardando. Su secuela también es muy buena, y faltaría por probar la entrega de PSP (de fácil importación), pero esta es sin duda la más especial.