El 30 de Marzo 2017 | 22:34
Pero claro, no todo es la historia. Aunque 'Narita Boy' tenga un fuerte componente narrativo, sus desarrolladores no han dejado de lado la jugabilidad, la cual mezcla elementos de muchos géneros: hay acción en tiempo real, hay exploración, hay toques de RPG... Todo eso en un universo en 2D con un pixel art muy bien cuidado: "habrá situaciones en las que el escenario será muy evocador y chulo... La clave es encontrar el equilibrio, pero habrá mucho palo porque nos gusta mucho la acción" explica Edu Fornieles, quien asegura que las mecánicas de acción de 'Narita-Boy' se asemejan a las de un hack'n'slash.
Influencias de los desarrolladores
Para conformar la jugabilidad han bebido de varias influencias; por una parte tenemos la exploración de 'Superbrothers: Sword & Sworcery EP', por otra la acción de 'Double Dragon', juego del que también habrá varias referencias. La ambientación es similar a la de 'Another World', sobre todo por su ambientación alienígena ochentera pero también por su paleta de colores. Aunque no sólo se han fijado en las características de videojuegos, sino que también hay detalles que recuerdan a obras como 'Moebius', 'Akira' o 'The Last Starfighter'. Edu Fornieles diferencia entre las influencias de forma (jugabilidad, diseño artístico) y las de fondo (ambientación, trama).
Una de las cosas que más llama la atención de 'Narita Boy' es la calidad y variedad de sus animaciones. Tanto Edu Fornieles como el animador principal del estudio son amantes del pixel art, "devotos" se llaman ellos, por lo que han trabajado con mucha dedicación para conseguir un resultado final que esté a la altura de sus expectativas: "son muchas horas, mientras más horas le echas mejor queda... Como yo quería un producto de calidad muy alta, lo hemos dado todo". Para Fornieles 'Narita Boy' es el juego que siempre ha querido hacer, el juego que a él le gustaría jugar.
Y claro, eso no se consigue de buenas a primeras. El desarrollo de 'Narita Boy' se extiende hasta marzo/abril del año pasado, fecha en la que Edu Fornieles comenzó a reclutar a gente para que le ayudase con su proyecto soñado. Eso lo hacía mientras trabajaba en Japón diseñando videojuegos, algo que le mantuvo ocupado hasta su vuelta a España en noviembre. En ese momento se dedicaron a plantear la campaña en Kickstarter que acaba de finalizar satisfactoriamente.