El 15 de Marzo 2017 | 18:20
En el mundo de los videojuegos, como en muchos otros, hay que estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. De lo contrario estás muerto. Creo además que el ejemplo paradigmático lo tuvimos el pasado mes de Noviembre, con el lanzamiento casi simultaneo de tres grandes shooters: 'Call of Duty: Infinite Warfare', 'Battlefield 1' y 'Titanfall 2'. Todos son grandes juegos pero el mercado no puede absorber tanta oferta, el resultado acabó siendo el esperado, sólo 'Battlefield 1' cubrió las expectativas de ventas, 'Call of Duty' se hundió un poco más y 'Tintafall 2' pasó bastante desapercibido.
A esto debemos sumarle la efímera existencia de este tipo de juegos, cuya comunidad muda año a año de un juego a otro, quedando los servidores del pretérito completamente desiertos a la salida de una nueva entrega. Esto quedaría solventado si estos juegos se mantuviesen dentro de un servicio de suscripción que alargase la vida de dichos productos.
Desconozco la manera en como Netflix paga a sus series y películas más vistas, ya se sabe que todo lo concerniente a sus cuotas y licencias son un absoluto misterio incluso para la mayoría de sus inversores, pero no me cabe duda de que debe de ser un reparto generoso atendiendo al éxito de la propuesta. ¿Y si aplicamos eso al mundo de los videojuegos?
Imaginemos por un momento que existe un servicio de suscripción genérico que nos ofrece un catálogo amplio con las últimas novedades (y las que están por llegar). For Honor, Horizon Zero Dawn, Mass Effect Andromeda, Battlefield 1, Resident Evil VII, Final Fantasy XV... ¿Quién no pagaría por tener acceso a estos juegos (y muchos más)? Estoy seguro de que todos pagaríamos una cuota X con los ojos cerrados. La cuestión es si a las desarrolladoras de videojuegos les compensaría.
¿Es rentable?
Supongamos que este servicio existe y logra millones de abonados como Netflix. Supongamos que los beneficios se reparten equitativamente a las horas dedicadas a cada uno de los juegos disponibles, y supongamos que durante los 3 primeros meses dan un bagaje tal que así:
TOP 1: Battlefield 1
TOP 2: For Honor
TOP 3: Final Fantasy XV
Abonados: 12 millones de usuarios, a una cuota de 20 euros mensuales.
Esto nos da, en el periodo de tres meses sobre el que hablamos, unos beneficios brutos de 720 millones de euros. Quitando impuestos, costes de infraestructura y la cuota de dicha plataforma podrían quedar fácilmente unos 450 millones de euros a repartir. Sólo con que el número 1, el de mayor éxito, se llevase un 2% de los beneficios ya estaríamos hablando de 9 millones de euros, a razón de 3 millones de euros mensuales. Una locura.
Todo esto además permitiría a los usuarios acercarse a títulos a los que, de otra manera, no habrían accedido. Mucha gente debería jugar a 'Alan Wake', pero no todos tuvieron Xbox 360 o PC, esto les ayudaría a acercarse a él y al estudio a ganar algo más de dinero. Estoy seguro de que muchos de vosotros estáis tentados de probar 'For Honor' pero algunos os echáis para atrás por si malgastáis 60 euros en un juego que luego no os convence. Gracias a este modelo podríais probarlo sin compromiso.
Conclusiones
No me cabe la menor duda de que seguro hay decenas de variables que no he tenido en cuenta a la hora de efectuar mis cálculos y que afectarán en mayor o menor medida a la propuesta, pero no puedo dejar de pensar que esto es el futuro que nos espera y que si la cuota a pagar no es desmesurada muchos de nosotros nos suscribiremos.
Microsoft ha abierto la caja de pandora con Xbox Game Pass, y sólo el tiempo dirá si se trata de un gran acierto que pone la industria del revés u otra genialidad inadvertida del gran Phil Spencer, el gurú de los videojuegos.