El 8 de Febrero 2017 | 23:41
Hablar de Nintendo como parte fundamental del sector es simplemente hacer un recorrido rápido por sus más de 100 años de historia. A lo largo de todo este tiempo, desde sus inicios en el mundo de las cartas, hasta ahora, con sus incursiones en el mercado de los smartphones, la compañía ha tenido sus aciertos y desaciertos, aunque la situación que le ha tocado vivir a Wii U la sitúa en un tiempo en el que la compañía comenzó a "morir de éxito" tras dos generaciones en las que sus dispositivos, aún encandilando a gran parte del público, distaban mucho de ser los nombres propios con los que relacionaba cualquier profano el sector el videojuego.
Los más veteranos recordarán las eternas disputas entre aquellos que defendían a Sega y a Nintendo, siendo ésta una batalla en la que empezaron a entrar otros competidores, como Sony, inicialmente aliada de la gran N, que acabó con la Sega que conocíamos hasta entonces y que dejó en una peligrosa situación a Nintendo, que plantó cara con su Nintendo 64 y su Gamecube a las conocidas PlayStation y PlayStation 2 respectivamente.
Una historia de pequeños fracasos
La batalla frontal contra la marca PlayStation desgastó la imagen de la compañía hasta tal punto que, para finales de la conocida como generación de 128 bits, GameCube era considerado por muchos integrantes del sector, y también parte del público, el gran fracaso de los últimos tiempos de la empresa, a pesar de que la plataforma competía con la ya asentada marca y la novata por entonces Xbox.
Al final de la generación, GameCube había conseguido poner en 21.740.000 unidades en las casas de medio mundo, contando con más de 50 juegos que habían superado la barrera psicológica del millón de unidades vendidas, contando entre su catálogo con títulos que, a día de hoy, siguen siendo referentes para muchos jugadores, que esperan con ganas el regreso de estas franquicias por todo lo alto. A pesar de ello las cifras para Nintendo no terminaban de cuadrar de forma positiva, por lo que Satoru Iwata, que había accedido al puesto de máxima responsabilidad de la compañía casi al mismo tiempo que la consola se lanzaba al mercado, iniciaba un giro drástico en los objetivos de la empresa acusado por las bajas ventas que se producía a finales de los años 90 y la década de los 2000 en Japón.
El resultado fueron dos nuevas propuestas jugables a nivel de hardware que se convirtieron en todo un éxito que a día de hoy perduran con mayor y menor acierto. Por un lado, Nintendo DS. Por otro, Nintendo Wii, uno de los grandes escalones a superar por la plataforma, y es que con estas dos plataformas la compañía consiguió, no sólo cuadrar sus cuentas con balances positivos, sino superar las expectativas que ellos mismos se habían marcado.
Nintendo Wii se orientó hacia el público más casual, aquél que es usuario esporádico, pero que se vio muy atraído por la posibilidad de jugar con su propio cuerpo.
El éxito de la plataforma fue indiscutible. 100 millones de unidades a lo largo de su vida y casi 900 millones de títulos vendidos auparon a Nintendo Wii como la consola más vendida de la pasada generación, pero por este camino de éxitos la compañía dejó atrás a la gran mayoría de usuarios que la habían apoyado en los últimos años mientras acercaba al sector a padres, abuelos y hermanos a través de propuestas como 'Wii Sports', 'Wii Fit' o numerosos desarrollos third que, sin contar con el presupuesto de las grandes producciones, conseguían ser altamente rentables en la consola.