El 26 de Mayo 2016 | 13:10
El segundo de los reboots que han llegado en los últimos días ha sido 'Shadow of the Beast', también exclusivo de PS4 y probablemente el más impactante, que no precisamente el más bueno de todos. Impactante porque han pasado muchísimos años desde que pudimos disfrutar del juego original, así como de sus secuelas, y seguramente no el mejor de todos por el simple hecho de que sus ambiciones son menores. En efecto, estamos hablando de uno de esos proyectos a medio camino entre el indie convencional y el juego que se acerca al Triple A. Han pasado 26 años ya desde que 'Shadow of the Beast' invadió Commodore Amiga para ofrecer un beat 'em up realmente rompedor en su día. Aportó un plataformas de desarrollo lateral como muchos otros juegos del momento sí, pero su ambientación oscura por un lado, su espectacular banda sonora por otro, y finalmente un apartado gráfico apabullante cuando corría el año 1989, lo alzaron como uno de los juegos más populares del momento. Fue desarrollado por la genial pero extinta Psygnosis y posteriormente disfrutó de alguna que otra secuela, que sin embargo, no gozaron de la misma popularidad. Hoy ya podemos disfrutar de este genial reboot a un precio prácticamente imbatible: unos 20 euros, que además trae bajo el brazo la posibilidad de disfrutar del original, algo que agradecerán los "viejóvenes" como decía mi compañero 'Xose Llosa', que al fin y al cabo son el principal público potencial de este lanzamiento.
Gráficos actuales; desarrollo clásico
A pesar de que los entornos del juego son en 3D, y también todo el aspecto general del juego a nivel gráfico, el desarrollo es realmente muy clásico. Aquí el avance es completamente lateral, y nos podemos mover a diferentes planos de profundidad en momentos muy puntuales. Y teniendo en cuenta a quién va dirigido realmente este producto, la verdad es que no me puede parecer una decisión más acertada. Gráficamente cumple, es muy espectacular, y en cambio mantiene toda la esencia jugable del título en el que se basa. Así pues, con este 'Shadow of the Beast' tenemos delante un juego que vuelve a mezclar de forma muy acertada varios géneros como las plataformas, la acción, o incluso las aventuras gracias a la resolución de pequeños pero habituales puzles. Pero al fin y al cabo, y aunque ahora la profundidad de todos esos elementos es mucho mayor como veremos, lo que sorprende realmente de este reboot/remake con respecto al original es sin lugar a dudas su ambientación. Aquí también se mantiene la "oscuridad" del original, pero lógicamente la tecnología actual permite hacer cosas que ni siquiera salían en nuestros sueños (o en nuestras pesadillas) por aquel entonces. Y no nos referimos simplemente al salto cualitativo en sí mismo, que también, sino realmente a un diseño artístico muy particular, que gustará especialmente a todos aquellos fans del género de terror. Escenarios y enemigos unas veces espantosos, otras veces simplemente grotescos, que brillan con luz propia demostrando el mimo con el cual Heavy Spectrum (y bajo la producción de la propia Sony) ha tratado este producto.
Sin embargo, hay que entender de las limitaciones de un proyecto de este tipo, que en este caso vienen definidas más bien por haberse mantenido tan fiel al original, que no por una limitación de presupuesto en sí misma (aunque eso siempre influye, a la hora de pulir aspectos jugables, por ejemplo). Así pues, aunque la gran variedad en el desarrollo es digna de mención, y la espectacularidad de la puesta en escena de la acción también (muy a lo 'God of War' por cierto), en realidad la parte de la acción, que es sin lugar a dudas la más presente en el juego, es quizá su mayor arma de doble filo. No es que sea un beat 'em up como los de antaño, por supuesto que no, pero sí arrastra algunos fallos jugables que parecen ser sacados directamente de un juego de ese tipo. En otras palabras, quizá resulta demasiado clásico en ese sentido, aportando unos combates en los que más que una variedad de control que nos permita hacer virguerías, tendremos que estar atentos a los patrones de nuestros movimientos o a los de los enemigos. Pero ojo, porque a mí eso personalmente me encanta, así como su exigente dificultad, algo que acaba demostrando que aunque algunos productos no son aptos para todo el mundo, sí son tremendamente disfrutables para aquellos que aún se sienten cómodos con ciertas mecánicas. Vamos, la eterna discusión de si algunos desarrollos están o no anticuados. No hace falta que ponga más ejemplos si os digo que algunos aún disfrutamos mucho de los 'Resident Evil' y de los 'Final Fantasy' más clásicos, ¿no?
La elección es tuya
Y hablando precisamente de aquellos elementos que pueden gustar a unos y disgustar a otros, me parece muy acertada la decisión de Heavy Spectrum de incluir la posibilidad de rebajar la dificultad a todos aquellos que ya no conceben juegos en los que tras morir tienes que empezar un nivel desde cero, con toda la frustración que eso puede generar en ciertos momentos o juegos. En 'Shadow of the Beast' vamos a morir mucho, y cuando lo hagamos seremos nosotros mismos los que decidiremos cómo afrontar nuestro regreso al campo de batalla. ¿Optarás por resucitar en el mismo sitio de tu muerte a pesar de la penalización que supondrá en tu puntuación? ¿O serás un valiente que repetirá el nivel entero? Efectivamente es algo que está muy bien planteado porque los que se sientan frustrados y aquellos que solo quieran pasar el juego, podrán hacerlo sin demasiados problemas, mientras que todos los que quieran conseguir la mejor puntuación posible, descubrir todos los secretos (que los hay, y afectan incluso al argumento), o simplemente asumir un mayor reto y alargar la duración del juego, podrán hacerlo también. Y esa es otra, porque para alargar la durabilidad, también nos han brindado la posibilidad de aprovechar las funciones sociales del juego. Desde comparar nuestra puntuación con la de los demás jugadores, hasta la original y muy divertida opción de retar a nuestros amigos a superar ciertos registros o retos varios. Eso sí, con o sin 'check points', y más allá de los retos sociales, la verdad es que estamos ante un juego corto. Con una buena relación calidad-precio, pero corto al fin y al cabo.
Quizá los únicos puntos realmente "negros" sean precisamente su corta duración, así como la excesiva facilidad de las partes plataformeras y de puzles, que quizá chocan demasiado fuerte en contraposición con la elevada dificultad de la acción (rompiendo un poco el ritmo de juego), pero no me cabe la menor duda de que su rejugabilidad por un lado, y su grandiosa ambientación por otro (con una capacidad para contar una historia de venganza sin necesidad de muchas palabras) gustarán no solo a los auténticos fans del original, sino también a todos aquellos que se sientan atraído por su estética y que busquen algo distinto. Requiere de una alta capacidad de adaptación, ya que hacerse con su control no es una tarea realmente sencilla (en cuanto a los combates se entiende), pero luego devuelve todo el esfuerzo creando una satisfacción al jugador que precisamente, es propia de aquellos maravillosos años 80 y 90. En defintiiva, el reboot menos ambicioso de todos los aparecidos (y por aparecer) de este reportaje, pero quizá el más mágico, bonito y especial. Si quieres saber más sobre el juego te invito no solo a leer el análisis que publicamos el otro día, sino también a escuchar el fantástico podcast en el que hablamos recientemente de él, así como de algunos de los otros lanzamientos actuales más importantes.