El 30 de Enero 2017 | 17:35
La presencia de las mujeres dentro del Universo Marvel ha sido una constante, sí. Ya desde el principio hubo súper heroínas, pero el papel que representaban y el protagonismo que tenían ha ido variando mucho con el paso del tiempo. La primera súper heroína que podemos ver en Marvel es la Chica Invisible, parte de Los Cuatro Fantásticos. Podría haber tenido cualquier poder, cualquiera, y, sin embargo, su poder era ser invisible. Analizándolo fríamente, ¿qué tiene la invisibilidad de poder real? Puedes escapar de tus enemigos, pero de poco te sirve eso si no tienes fuerza suficiente como para defenderte de ellos.
De la tierna Chica Invisible hasta Wonder Woman (aunque esta sea de DC, hablamos ahora del tono del mainstream USA en general), o la Viuda Negra, hay un paso enorme. Porque mientras que la primera procuraba pasar desapercibida, las dos últimas muestran una fuerza y una presencia que cualquier otro súper héroe debería envidiar. Las mujeres de Marvel comienzan a empoderarse. En el ámbito de los cómics, y dejando las películas a un lado, el empoderamiento se puede ver aún con más claridad. Por ejemplo: Thor, el fuerte y atractivo Hijo de Odín, ya no es el Dios del Trueno. Ha sido sustituido (al menos temporalmente) por la Diosa del Trueno, Jane Foster, que gracias a la magia del martillo ha recuperado la fuerza que el cáncer le estaba arrebatando.
Junto con ella, otras súper heroínas como Spider-Woman, X-23 (sustituta de Lobezno), o la Bruja Escarlata, son las encargadas de mostrar al mundo que el ser un súper héroe no es solo cosa de hombres. Romper con estos cánones, enseñar abiertamente que las mujeres también pueden salvar la Tierra, es muy importante socialmente. Marvel deja a un lado el machismo, y se adapta a una nueva sociedad, una nueva etapa, donde el feminismo cada vez tiene más fuerza.
El hecho de que las mujeres comiencen a verse representadas como algo más que meros objetos sexuales, disponibles para ser consumidas por los hombres, es de vital importancia si se quiere transmitir una imagen de igualdad. Una súper heroína no depende de ningún súper héroe, y es capaz de salvar el mundo sin que nadie le eche una mano. Son mujeres capaces, que se tienen a sí mismas en alta estima, se aprecian y se valoran; tal y como todas las mujeres deberíamos acabar siendo en algún momento de nuestra vida. Se acabó la imagen de mujer débil, sometida. Y Marvel lo sabe.