El 19 de Marzo 2018 | 10:15
Como cada 19 de marzo, hoy se celebra en España (y en otros tantos países) el Día del Padre. Un día para homenajear a esas figuras paternas que nos acompañan durante toda nuestra vida, que siempre están dispuestos a darlo todo por nosotros, a su peculiar manera. Y es que si algo nos ha enseñado la televisión es que hay tantos padres como familias diferentes, y que todos ellos merecen su reconocimiento en particular.
Hay una gran cantidad de películas y series que, por su temática, dan mucha importancia a la figura del padre y de la madre. Una de ellas es, por ejemplo, la antigua y conocida 'Cosas de casa'; una serie familiar, apta para todos los públicos y capaz de entretener con sus bromas y sus aventuras. Aprovechando el día que es hoy, hemos querido hablar de algunos de los padres más relevantes de la televisión; esos padres que consiguieron conquistarnos en un primer momento por un motivo u otro, y que han continuado haciéndolo a lo largo de los años.
Algunos de los hombres de los que vamos a hablar hoy pertenecen a series con muchos años, mientras que otros son bastante recientes; algunos son mejores padres y otros son, simplemente, todo lo buenos padres que saben ser. Lo importante es que todos ellos lo intentan, y tratan de hacerle llegar a sus hijos el amor que sienten hacia ellos. Son el ejemplo vivo de que los hijos no vienen con un manual debajo del brazo, y que ser padre (o madre) es una de las labores más complicadas de este mundo. Porque implica asumir un compromiso prácticamente de por vida, y con una gran responsabilidad por delante.
Los padres de dibujos animados: ¡no los olvidamos!
Comencemos con esos grandes olvidados, pese a que también son muy importantes a la hora de analizar las figuras paternas en televisión: los padres animados. Hay una infinidad de series donde los padres tienen importancia, y donde los protagonistas de la misma son un núcleo familiar. No obstante, hemos decidido centrarnos en dos de las más vistas a día de hoy: 'Los Simpsons' y 'Padre de familia'.
¿Quién no conoce a Homer Simpson? Como padre, para ser fieles a la verdad, hay veces en las que deja mucho que desear. Es un hombre despistado y egoísta, que solo piensa en su propio beneficio; no obstante, también puede llegar a ser un padre desinteresado, capaz de darlo todo por sus hijos. Hay episodios en los que le hemos visto hacer precisamente esto, como cuando llevó a Lisa al museo pese a estar este cerrado, o cuando se dedicó por entero a Maggie para así conseguir que su hija menor le quisiera. No le resultó fácil en ninguno de los dos casos, pero sí que consiguió que sus hijas acabaran teniéndole como una figura paterna.
Homer no es un ejemplo a seguir. No es el mejor padre que se pudiera tener, pero es la prueba viviente de que se puede ser buen padre y un auténtico desastre al mismo tiempo. No dedica tiempo a su familia, pero no le importa ir cada día a un trabajo que odia con tal de poder llevar un sueldo. Quizás no sepa hacer los sacrificios suficientes, pero eso no implica que no sepa esforzarse por cuidar de los suyos.
Y luego está Peter Griffin. Gracias a su humor, tan soez como vulgar, 'Padre de familia' ha conseguido ganarse un hueco en el corazón de muchas personas. Porque si lo que quieres es reírte a carcajadas, no hay más que ver las irreverencias de esta familia para hacerlo. Eso sí: Peter Griffin es un claro ejemplo de lo que un padre no debería ser jamás. Nunca. Al contrario de Homer, Peter ni siquiera es capaz de demostrar a sus hijos de la forma más nimia. No hay más que ver cómo maltrata a Meg, cómo ignora a Stewie... ¡Y no hablemos ya de su relación con Lois! Mas no todos los ejemplos tienen que ser siempre positivos: a veces es mejor tomar ejemplos negativos para aprender precisamente lo que no se debe hacer.
La diferencia fundamental entre Homer y Peter es que el primero sí que se esfuerza por demostrar que sus hijos le interesan de vez en cuando, mientras que el segundo... El segundo se limita a pasar el máximo tiempo posible fuera de casa. En algunas ocasiones sí que ha tenido detalles que pudieran considerarse buenos con sus hijos, pero continúa sin ser suficiente. Así que ya sabéis: nunca toméis este ejemplo como algo que llevar a la vida real, porque es lo peor que podríais hacer.