Día Mundial de Los Simpson: los 10 mejores momentos de Ralph Wiggum

1. 'Eres ChuChuChuuuli'

Todos recordaréis ese momento en el que Lisa decidió hacerle una tarjeta de San Valentín a Ralph porque él no había recibido ninguna, y tenía esa cara de pena que solo los niños de ocho años saben poner. Con ese simple detalle, con una tarjeta en la que ponía 'eres ChuChuChuuuli', Lisa se ganó el corazón de Ralph (y un pequeño hueco en el cielo, aunque posteriormente lo perdiera; pero eso ya lo veremos).

Ralph recibe pocas muestras de aprecio en la serie, y casi siempre aparece como un personaje del que la gente se ríe. Pero él nunca lo tiene en cuenta y, en esta ocasión, demostró que le importa más un detalle positivo que miles negativos. Porque le dio igual todo lo que Lisa le hubiera podido hacer antes, todas las veces que le hubiera podido ignorar, él agradeció esta tarjeta como si fuera lo más bonito del mundo. Deberíamos aprender mucho de Ralph, muchísimo.

2. Ralph y su gran corazón

Ralph ha demostrado en más de una ocasión el gran corazón que tiene, pero, sin duda, en este capítulo fue cuando más se pudo observar. Ralph se enamoró profundamente de Lisa tras un detalle que ella tuvo con él, y decidió invitarla a la gala especial de Krusty; para entrar en contexto, hay que saber que esta gala era muy exclusiva, y solo unos pocos niños podían acudir. De no haberla invitado Ralph, Lisa jamás hubiera podido acudir.

No obstante, en un momento determinado y con la cámara grabando, Ralph se declara a Lisa... Y esta no sabe cómo reaccionar, excepto asustándose y rompiéndole el corazón al hijo del jefe de Policía.

3. 'El gnomo me dice que queme cosas'

Pero pasemos a momentos bastante más divertidos, y dejemos a un lado esos en los que Ralph nos hace querer abrazarle muy fuerte. Y es que si alguien os dice que ve a un gnomo que le dice que queme cosas, probablemente lo último que se os ocurra sea ir corriendo a darle un abrazo.

Pero Ralph lo dice tan convencido, tan contento, tan entusiasmado... Que hasta dan ganas de darle una cerilla para cumplir todos sus sueños. Eso visto desde la distancia, claro; si lo viviéramos en primera persona, tal y como le pasó a Bart, seguramente pondríamos su misma cara de miedo y nos iríamos lentamente.