Por Marco Gonzálvez
El 25 de Julio 2017 | 18:05
Vale que 'Destiny' era el comienzo de algo mucho más grande, solo la punta del iceberg de una franquicia que apunta a tener 10 años de vida con varios títulos que la hagan expandirse y evolucionar, pero seamos sinceros, a nivel argumental el primer juego es de lo peor que hemos visto en mucho tiempo.
Recuerdo que en cierto momento del juego un personaje te decía algo como "ni siquiera hay tiempo para explicar por qué no hay tiempo". Una frase que resumía a la perfección el poco interés que el estudio tenía en contar algo mínimamente interesante o consistente sobre el universo del juego o sus habitantes.
La gota que colmaba el vaso eran las malditas cartas y el grimorio dichoso. No es un recurso que nos sea ajeno el contar casi todo el contexto de tu universo a través de texto y mediante la recolección de coleccionables, incluso podríamos haber vivido con ello si hubiera estado dentro del juego, pero no era el caso. Había que irse a la web de Bungie para leer el reverso de cada nueva carta que sumábamos al grimorio, una decisión de diseño lamentable cuanto menos.
La primera misión de la historia de 'Destiny 2' es casi una redención por todos los errores cometidos en el primer juego. Casi parece que los Cabal fueran la fuerza de la naturaleza que se encarga de reiniciar algo que está al borde del colapso. Con la llegada de Ghaul todo cobra otro sentido, ahora el enemigo tiene nombre propio y se presenta arrebatando a La Humanidad todo lo que tiene, la última ciudad que les sirve de refugio, silencia al Viajero y por tanto acaba con la La Luz, desactivando así a Los Guardianes, la última línea de defensa terrestre.
Y todo es mágico, maravilloso e ilusionante cuando acaba esa escena final de la primera misión. Casi dan ganas de llorar de alegría cuando resuena la grave voz del nuevo archienemigo diciendo eso de "Te has olvidado del miedo a la muerte. Permíteme que te lo recuerde."
No es que estemos ante un personaje con carisma o ante la revolución de la ciencia ficción, es que sencillamente ya existen unos cimientos sobre los que levantar un universo entero con millones de matices. Recordemos que en el primer juego el enemigo principal era "La Oscuridad", un ente indeterminado que simplemente iba consumiendo el universo, un hecho que tenía cero interés a lo largo del juego ¿Y adivináis? ¡Exacto! Bungie ha declarado que La Oscuridad ya no existe, que no sabían por donde tirar con ese argumento y han decidido desecharlo, dando uno de los espectáculos más tristes a la hora de construir mundos de fantasía de los últimos años.