El 23 de Octubre 2017 | 21:30
La expectación estaba en el aire a finales de los años ochenta. El éxito de Famicon no sólo puso a Nintendo en el mapa de las videoconsolas en el país del sol naciente, sino que marcó una nueva forma de entender el futuro de la industria si querían avanzar más allá de los arcade. Los primeros años trataron bien a este grupo de desarrolladores revolucionarios, pero a medida que la tecnología evolucionaba la gente comenzaba a pedir una mejora, un cambio que estuviera a la par de otras consolas que empezaban a eclipsar los logros de Nintendo.
Y por supuesto que la compañía daría una respuesta, aunque tardaría en llegar. Ya desde la década de los ochenta se rumoreaba que esta revolución llegaría en 1989 a todo el mundo, pero Nintendo se hizo derogar en silencio durante un largo tiempo para perfeccionar su máquina misteriosa. Y entonces llegó: el 21 de Noviembre de 1990 sería la fecha en la que el mundo cambiaría para siempre.
La Super Nintendo Enterteinment System, SNES para abreviar, saldría en la fecha señalada al precio de 25.000 yenes. No vendría acompañada de ningún juego junto con la consola, lo cual le ponía en desventaja con respecto a su competencia con más años a la espalda; pero no lo necesitaba. 'Super Mario World' y 'F-Zero' serían los dos primeros títulos de lanzamiento, juegos escasos en número pero de una calidad incuestionable. ¿Conseguiría el éxito que perseguía con aquel limitado catálogo?
El país nipón estalla
Las expectativas de Nintendo no es que se vieran ligeramente superadas en sus primeros días, es que estallaron frente a la realidad de que los japoneses estaban hambrientos por una nueva plataforma que fuese capaz de otorgarles juegos de calidad. La compañía puso en el mercado ni más ni menos que 300.000 unidades de lanzamiento pensando que servirían para al menos la primera semana. Se agotaron en unas escasas horas el mismo día de lanzamiento.
Japón entró en una histeria colectiva con el lanzamiento que la empresa nipona no había imaginado en un primer momento. Durante los primeros días fue casi imposible hacerse con nuevas unidades, con cientos de tiendas intentando explicar a los consumidores por qué debían esperar algo más de tiempo para disfrutar del nuevo 'Super Mario Bros.'.
Este éxito fue tal que provocó ciertos casos de violencia en las calles japonesas. Están reportados numerosos robos y atracos a los camiones que repartían la consola durante el siguiente mes de lanzamiento, lo que provocó que la compañía tuviese numerosas dificultades para lograr vender todas las unidades que los nipones solicitaban de cara a las navidades. Casi nada.