El 14 de Octubre 2016 | 10:08
Aquí quiero sacara a colación dos casos que me parecen estupendos para ejemplificar este apartado.
Por un lado, nos encontramos con los Vox Populi en 'BioShock Infinite'. Se me ocurre que es un reflejo con el que se trata de hacer un llamamiento a lo que era el comunismo puro, bolchevique, que abogaba por la participación popular y que se sustentaba en el poder del pueblo. Así mismo, la fábrica de Fink y las condiciones laborales en las que se encuentran los trabajadores, es una clara crítica al sistema capitalista salvaje.
Y, por último, he dejado el caso de 'Metro 2033' para el último lugar. Se nos presenta el comunismo como un sistema que, en un momento determinado, funcionó (la ciudad, sus equipamientos, los grandes túneles construidos y las infraestructuras pueden dar ejemplo), pero que no tiene sentido para afrontar una situación actual.
Es curioso el caso de 'Metro 2033' que está basado en el libro homónimo de Dmitry Glukhovsky, porque estaríamos alejándonos de la afirmación que he hecho al principio: no es un hombre occidental el que ha dado la imagen de Rusia, sino alguien del propio país. ¿Por qué es interesante? Porque resulta más creíble esta percepción de una Rusia contemporánea. Es una queja a un movimiento, una revolución, que es culpable de que los rusos, entre otras cosas, no disfruten de un sistema democrático.
Vuelvo a preguntar, igual que con el capitalismo. ¿Y es que acaso es la democracia es el único sistema posible? ¿No hay otras vías?
De nuevo, eso quedará para otro artículo.