El 14 de Octubre 2016 | 10:08
Ya que estamos tratando un sistema político que protagonizó la historia contemporánea actual, ¿qué menos que dedicarle un breve espacio para explicar en qué consistió? Desde un punto occidental, claro, esto es lo que puedo deciros:
Hay diversas hipótesis sobre cuándo se instala el comunismo en Rusia. Mientras que algunos teóricos señalan que comenzó tras la revolución de Octubre en 1917, no será hasta el final de la Segunda Guerra Mundial cuando se forme un sistema mundial socialista integrado por catorce países (Rusia, Polonia, la República Democrática Alemana, Checoslovaquia, Rumania, Hungría, Bulgaria, Yugoslavia y Albania, en el continente europeo; Mongolia, Vietnam del Norte, Corea del Norte y la República Popular China en Asia; Cuba en América).
Bajo mi punto de vista, la Revolución encabezada por los bolcheviques fue la parte teórica que luego se aplicó de forma práctica una vez alcanzada la expansión del comunismo. Por supuesto, con todas las diferencias posibles entre lo que en su origen se defendía.
Lo que resulta característico en todos estos países donde el comunismo consiguió instaurarse, pese a sus diferencias culturales, son dos aspectos muy claros: un sistema político encabezado por el partido comunista, que goza del monopolio del poder, y una economía en la cual los medios de producción están bajo el control estatal.
Este modelo económico consiste en que es el Estado el que establece las proporciones de consumo y ahorro por parte de la sociedad, y asigna los objetivos de producción a cada sector y actividad.
Cuando se habla de los problemas del comunismo en este aspecto, se refiere a que en la planificación del Estado, se abogaba por la inversión en la producción de materia prima, y muy poca en innovación, tecnología... Digamos que importaba más la cantidad que la calidad y el progreso.
Por otro lado, no se tuvieron en cuenta las necesidades reales que la población de la Unión Soviética demandaba, y la falta de aperturismo impedía la actividad de la inversión extranjera. Esto abocó a una crisis del sistema comunista que acabó con altas tasas de paro y hambrunas.
En cuanto a lo social, la política planificadora de Stalin había generado un proceso de modernización rápido que desembocó en un desequilibrio de clases muy enfatizado debido a la diferencia salarial. Todo esto, agravado por el descontento social.
Podríamos resumir que el ideario comunista fue una alternativa al capitalismo global que merecía la pena. El capitalismo se esfuerza por hacernos creer que no existe otra alternativa... ¿Fue el comunismo la confirmación o la invitación a volver a intentarlo? Ese debate, quedará pendiente para otro artículo.