El 15 de Junio 2017 | 01:00
La filosofía de Xbox One X es sencilla: se trata de un modelo premium de la consola apta para aquellos que quieran la mejor versión posible de la plataforma a la par que no se deja de lado a los propietarios de las versiones anteriores. Podemos adquirir esas si lo preferimos, lo cual seguirá siendo una opción a considerar después de nuestra reflexión. Y es que no podemos dejarnos engañar por sólo los números.
Una evolución nada desdeñable
Comparando las tres versiones de la consola podemos concluir que, definitivamente, Xbox One X está diseñada para correr de forma mucho más eficiente que sus compañeras. La diferencia en la memoria, en sus procesadores y capacidades es descomunal, dejando como clarísima vencedora a la nueva versión.
Pero tengamos claro el tema de su resolución. Xbox One X puede correr a 4K sin despeinarse y le sobra para dedicar sus recursos al framerate, pero Xbox One S también es capaz de alcanzar ese top. La diferencia radical reside en que los procesadores y memoria de la actualización premium a la que hacemos referencia sí puede hacer correr de forma correcta los 4K, mientras que su versión previa tiene la capacidad, pero no el potencial. No merece la pena intentar llevar al límite Xbox One S porque no fue pensada para romper esas barreras: los núcleos no son capaces de cargar la misma cantidad de energía, y no mencionemos esa diferencia descomunal de teraflops.
Una compra difícil
¿Cuál adquirimos entonces si estamos decididos a permanecer junto a Microsoft esta generación? Está claro que la respuesta fácil y más rápida es la nueva y flamante Xbox One X, pero la realidad nunca es tan sencilla.
Los números de la nueva consola son increíbles, pero como versión premium que es el problema reside en tener un correspondiente televisor para hacerle justicia. Debemos gastar más dinero en la pantalla que en la propia consola, y si no tenemos un aparato a la altura no podemos disfrutar de la resolución 4K y las mejoras que incluye. Es simple tecnología: si no tienes la suficiente fuerza no estás aceptado en el club. Duele decirlo, pero las cosas son como son.
Ahora bien, si tienes un televisor 4K o vas a adquirirlo en muy poco tiempo, esta opción no es sólo recomendable, es casi obligatoria. Apenas merece la pena considerar las versiones previas de la videoconsola si tienes la capacidad de jugar con una calidad de imagen mejor. El único punto que nos permitiría considerar otras versiones es la diferencia de precio, pues podemos adquirir de forma mucho más barata cualquier versión anterior de Xbox; pero seamos sinceros, si has tenido la capacidad económica para adquirir un televisor a la altura, la tienes para esta consola.