El 25 de Agosto 2017 | 09:17
Gracias a Netflix, en dos temporadas de 'Narcos' hemos conocido la vida y obra de Pablo Escobar, uno de los mayores traficantes de la historia, pero no era él quien le daba nombre a la serie. Los narcos son los verdaderos protagonistas, por lo que es natural que después de haber visto caer el cártel de Medellín, sigamos con su heredero natural, el cártel de Cali. ¿Qué tenía de diferente este grupo con respecto al que lideraba Escobar? ¿Quiénes estaban al mando? ¿Cómo trabajaban? Vamos a responder a todas estas preguntas y más en este reportaje sobre el cártel de Cali antes de que dé comienzo la tercera temporada de 'Narcos'.
Los cuatro de Cali
El cártel de Cali no tenía una única figura en la cúspide como Pablo Escobar, en torno a la cual todo el negocio giraba, sino que era un liderazgo dividido entre cuatro personas: Gilberto "El ajedrecista" Rodríguez Orejuela, Miguel "El señor" Rodríguez Orejuela, José "El estudiante" Santacruz Londoño y Helmer "Pacho" Herrera Buitrago.
Gilberto era la verdadera cabeza del cártel. Su apodo, el ajedrecista, se debía a su extrema inteligencia y a su excelente habilidad como estratega. Se ganó el respeto de todos los que le rodeaban y no se imponía mediante el miedo.
Miguel era el hermano de Gilberto, otro de los fundadores del cártel. Su innata capacidad para relacionarse y sus buenas formas le permitían ser el diplomático del grupo. Esto le llevó a codearse con los representantes de diferentes sectores de la sociedad, como políticos y policías, y era la forma que tenían de ganarse los favores que facilitaban las operaciones ilegales.
José tuvo una gran importancia en establecer la base del tráfico de drogas en la ciudad de Nueva York, donde creó una organización bajo su nombre para expandirse por la geografía estadounidense. También tuvo un importante papel en la contrainteligencia del cártel.
Por último, Helmer era uno de los más inteligentes y siempre procuraba mantener un perfil bajo, tanto que algún atentado contra su vida falló por no conocer su cara, y la prensa colombiana lo llamaba "el hombre de los mil rostros". Muchos de sus esfuerzos se centraron en acabar con Pablo Escobar, incluso financió y colaboró con los Pepes.