El 24 de Marzo 2017 | 00:10
Hablar del cine giallo es hablar de asesinatos crudos, de violencia pornográfica, de figuras casi sobrenaturales y de enrevesadas tramas policíacas. También de hipersexualización de la mujer.Este subgénero cinematográfico encuentra su origen en las baratas novelas detectivescas que se producían en Italia durante los años 30; su cubierta era amarilla y de ahí adoptó el nombre esta clase de películas, ya que "giallo" en italiano significa "amarillo". No sólo el color es lo que toma prestado este subgénero, sino también la estructura de sus guiones.
Al principio las películas del cine giallo eran meras adaptaciones de estas obras literarias en las que un detective se enfrentaba a una serie de asesinatos misteriosos. Eran versiones fílmicas de libros genéricos. Sin embargo poco a poco los directores del cine giallo fueron dándole un toque único a sus obras, pasando de exportar tramas de la literatura barata a la gran pantalla, a crear un subgénero propio que ha llegado a nuestros días influenciando películas que forman parte de la cultura pop.
Piano, piano
No fue hasta principios de los años 60, concretamente en 1962, cuando se publicó la que se considera la primera película de este subgénero. Se llama 'La muchacha que sabía demasiado' y está dirigida por Mario Bava. En ella se narra la historia de una turista estadounidense que durante su viaje a Roma se ve envuelta en una sucesión de truculentos asesinatos. A decir verdad, el cine giallo no se caracteriza por su profundidad de guion, sino que se centra en los aspectos formales de la obra. De hecho los creadores de este tipo de cine descuidaban tanto la narrativa que era normal encontrar agujeros en los guiones de sus películas.