El 16 de Noviembre 2016 | 15:20
Madrid: Un público muy marky pero muy smarky
Una tendencia en Estados Unidos es calificar los públicos de diferentes ciudades, como que New York, Philadelphia, Detroit y Canadá son muy exigentes; que Green Bay es buena para los babyface, y Corpus Christi es de los peores. Tras la experiencia en Madrid, podemos decir que el público es de dos extremos. Muy mark y muy smark a la vez. Se debe a que un gran grueso del público es el familiar que adora los personajes debido al formato televisivo y la escasez de opciones alternativas de wrestling en España, mientras que a su vez han ido los fans más especialista y con más cultura a ver a los luchadores de la WWE que les gustan por su técnica.
Se pudo oír cómo Apollo Crews recibía mucho apoyo y a Natalya se la vitoreaba porque a la gente le gusta su forma de luchar. No digo que el público de Madrid sea malo, simplemente que sorprende cómo los fans más casuales y los más dedicados se juntan en el mismo pabellón para ver el espectáculo de dos formas distintas. La WWE tuvo un enorme detalle con los fans españoles, aparte de hacer que American Alpha y Dean Ambrose ondeasen banderas de España para poder ganar cariño del público, aunque se haga en todos los países extranjeros y forme parte de la mecánica de los babyface.
El arte de formar parte de la experiencia
Uno de los grandes alicientes de ir a uno de los espectáculos en vivo es la oportunidad de compartir la pasión por el wrestling con otros fans, ya sean pequeños o mayores. Las camisetas de Roman Reigns y John Cena estaban a la orden del día, junto a los ya habituales carteles de los amantes de ciertos luchadores, como los que vemos en RAW y Smackdown. Un gran ejemplo de la importancia de involucrar al público es la entrada de Bray Wyatt, conocida por animar a los asistentes para saquen sus móviles y usen la función de linterna, que es cuando todo el público se convierte en un una de sus luciérnagas que siguen al líder una misteriosa secta cultista de las ciénagas de Florida.
No faltó la entrada de Daniel Bryan para operar en el combate entre Dolph Ziggler y The Miz, que hizo que todo el público entonase su mítico "YES! YES! YES!", y que tras un año sin luchar, su llama no se ha apagado. El público se emocionó con la entrada de Apollo Crews o de Heath Slater, el Rough Rider de Zack Rider, los movimientos únicos de AJ Styles, el RKO de Randy Orton, los senton de Bray Wyatt... Todos esos movimientos que los luchadores tienen como marca personal han emocionado a los miles de asistentes que se dieron cita en el Barclyacards Center de Madrid.
Incluso el público se comenzó a alterar al ver que estaba en directo James Ellsworth, uno de los personajes recientes que más sensación ha causado debido a que empezó como "jobber" ante Braun Strowman y ahora forma parte de la historia entre AJ Styles y Dean Ambrose por el título. Su aspecto que nada tiene que ver con el de un campeón, su lema "Cualquier persona con dos manos tiene una oportunidad de luchar" y su superkick bautizada como "No Chin Music" le han convertido en uno de los personajes más queridos de la actualidad en la WWE, con camiseta y carteles de fans incluidos.
Para los que lo ven regularmente desde casa, ir a un WWE Live es una experiencia de otro mundo aunque no tengas los mejores asientos. Se trata de formar parte de una comunidad de fans de un espectáculo que cada vez crece más en España tras varias épocas de sequía en televisión que han hecho mucho daño a su imagen. Ahora que en en canal Neox se emite la edición de la semana, salvando cortes publicitarios, ayuda mucho a que los fans se interesen en la marca y el espectáculo al no ir con mucho retraso, y ejemplo de ello es que se vendieron más de 13.000 entradas para la edición de Madrid, una cifra comparable a las entradas que se venden en un RAW o Smackdown.