El 25 de Febrero 2016 | 21:00
"Seguro que están forrados"
Este estereotipo está falsamente extendido, especialmente por la imagen de John Cena y su enorme casa con gimnasio y el meme de ponerlo en vídeos de forma inesperada, o que The Rock cobra millones de dólares por aparecer tres veces al año como mucho. Pero hablamos de luchadores que son prácticamente iconos de la cultura pop, y John Cena está actualmente en activo (a la hora de escribir estas líneas, sufre una lesión de hombro que hará que se pierda Wrestlemania) y contratado por la empresa en la que es su mayor baza; y a The Rock le pagan por hacer hueco en su apretada agenda de Hollywood.
Pero pongámonos que somos uno de los denominados midcarders como Jack Swagger, Neville o Kevin Owens (me permito el lujo de sugeriros ver su combate contra John Cena en Elimination Chanber 2015, puro espectáculo) que no tiene la antigüedad de Big Show. No vamos a tener ni de lejos los derechos de imagen que nos dan ventas por cada muñeco o camiseta relacionado con nuestro personaje, al menos no el mismo porcentaje que John Cena, y vamos a cobrar de los dos shows semanales y los house shows que suelen ser deficitarios, y con suerte somos lo bastante populares o nos necesitan en un Pay Per View donde cobraremos un extra dependiendo de nuestra posición. Pero solamente nos pagan por bookeo, de forma que los gastos de viaje, alojamiento y dietas los pagamos nosotros, con lo que si tenemos que pasarnos días en carretera vamos a tener que compartir gastos de transporte en coche y hasta hotel con uno o dos de los compañeros de vestuario, o estar en el habitual autobús pagado a medias por los luchadores a los que les conviene más esta modalidad de transporte.
Y eso si con suerte están en una promoción especialmente solvente, porque hay casos de luchadores de la TNA que no reciben sus cheques por aparición, o ligas donde pagan cincuenta dólares por un combate en un bar según comentarios de actuales luchadores de la WWE en el programa Table for 3 (visionado recomendadísimo). Unos doscientos dólares por aparecer en un combate de Combat Zone Wrestling que debe contentar al público que paga por ver combates en los que siempre sale sangre, con pluses si se usan armas como cristales o alambre de espino. O incluso los hay que no cobran nada y lo hacen por puro amor al arte como la madrileña White Wolf Wrestling, de la que puede que os hable en algún momento.
"Las tías sólo están para mostrar cacho"
Quizás uno de los estereotipos más ciertos que hay, aunque a día de hoy está algo anticuado debido a un cambio que la WWE está teniendo respecto a su división femenina en la que tratan de mostrar a sus luchadoras como algo más que adornos. Ha llovido un tiempo desde la denominada Attitude Era en la que como mucho dos o tres mujeres eran dignas de ver (Trish Stratus, Lita y Chyna), pero ahora tienen en el roster principal a Paige, Becky Lynch, Sasha Banks, Charlotte y Natalya que no sólo no luchan mostrando únicamente cuerpo, sino que encima les van dando historias más interesantes, y luego están las chicas principales de NXT, salvo Eva Marie.
Además, no contamos con que en los círculos más independientes tienen superado el estereotipo de "no puedes pegar a una mujer" y hacen combates de género mixto en el que un luchador se enfrenta a una luchadora y no montan una manifestación por ello. Y como último ejemplo pondría la liga japonesa Stardom, una liga abierta hace cinco años de joshi puroresu (puroresu por lo de wrestling en japonés, y joshi por ser combates femeninos), que muestra combates de chicas que no dudan hacer combates de estilo stiff de los que salen con moratones. ¿Alguna recomendación personal de esta liga? Casi cualquiera que enfrente a Kairi Hojo y Meiko Satomura.