El 29 de Junio 2017 | 23:52
'Crash Bandicoot'
Este lo tenemos bastante reciente, porque dentro de nada sale el remake de la trilogía de PSX que tanta expectación ha creado desde su anuncio. Es curioso que la ópera prima de Naughty Dog, un estudio que hoy se caracteriza por la acción cinematográfica y las historias con fuerte carga de drama humano, fuera un alocado plataformas sobre un animalillo con pantalones vaqueros.
'Crash Bandicoot' fue de los primeros en coquetear con las tres dimensiones, haciendo uso de la potencia de la recién estrenada PlayStation. Lo que hacía era trasladar a estas el concepto clásico de plataformas lineal en 2D al que estábamos acostumbrados. Es decir, avanzar esquivando trampas, saltando en plataformas, y quitándonos enemigos patrulla de en medio. La diferencia es que aquí no íbamos hacia la derecha, sino hacia delante. Sólo eso ya sirvió para encandilar y marcar a toda una generación de jugadores que en la actualidad se muestran entusiasmados por volver a poder controlar al carismático personaje.
'Super Mario 64'
Es cierto que antes Yoshi se ha llevado el protagonismo del fontanero, pero era evidente que no íbamos a dejar a Mario fuera de esta lista. El personaje más influyente de todo el género de las plataformas, el que impulsó e ideó un estilo de juego muy concreto que luego todos imitaron, volvió a hacerlo a finales de los 90.
'Mario 64' está considerado uno de los mejores juegos de la historia, y cualquier cosa que le escribamos aquí no le hará ni la más remota justicia. Sólo Nintendo sabe coger una fórmula que funcionaba sin ninguna fisura, adaptarla a un lenguaje completamente distinto, y hacer que esta siga encajando a la perfección. Si 'Crash Bandicoot' era lo mismo que los plataformas en 2D pero hacia delante, 'Mario 64' expandía el terreno y la libertad de posibilidades hasta límites insospechados.
Niveles abiertos, no lineales, con multitud de zonas y obstáculos donde la consecución de las tan preciadas estrellas es lo que nos guía para superarlos. No eran pasillos rectos como en 'Crash', sino todo lo contrario, y el hecho de dejar que sea el jugador quién decida qué retos quiere afrontar y cómo superarlos, bajo la forma de las distintas estrellas de cada nivel, fue una jugada maestra. Influyente es quedarse corto, y el siguiente juego es deudor directo de lo que supuso.
'Banjo-Kazooie'
Mario dio el pistoletazo de salida con su primera entrega tridimensional, y Rare se encargó de coger esos tornillos y terminar de atornillarlos para definir no sólo a un género, sino a toda una corriente dentro del mismo. Cuando uno piensa en plataformas 3D noventeros se le vienen a la mente dos cosas: 'Mario 64' y 'Banjo-Kazooie'.
La premisa del segundo es prácticamente la misma que la del primero. Niveles abiertos a la exploración en los que la meta no es llegar al final, sino recolectar una serie de objetos que, en realidad, son una excusa. Nos dan un propósito para vagabundear por los niveles y encarar los retos que estos nos proponen. Siempre hay una recompensa tras una zona de plataformas, no está puesta ahí porque sí. Pero el objetivo no es tanto conseguir esa nota musical, sino el hecho de jugar esa parte y divertirte.
Lo que diferencia a Banjo de Mario, sin embargo, es el tono. La obra de Rare está llena de chistes, humor autorreferencial y paródico, y un sinfín más de gracietas. Tanto, que es lo que ha acabado caracterizando al estudio, especialmente en los juegos que hizo durante esta época, como se pudo ver años más tarde con 'Conker's Bad Fur Day'.
'Banjo-Kazooie' dejó una marca difícil de borrar en los jugadores, y ese juego extraño de coches que salió una década más tarde no hizo más que enfurecer al personal. No es de extrañar pues, que la campaña de Kickstarter de 'Yooka-Laylee' tuviera tantísimo éxito.
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