El 6 de Agosto 2016 | 10:24
En todos y cada uno de los espectáculos, el presentador nos recuerda que somos el mejor público del mundo y no es para menos. Una de las reglas del wrestling es que, al igual que ver una serie o película llena de fantasía como 'Harry Potter' o 'Juego de Tronos', tenemos que aceptar lo que nos muestran como real dentro de su fantasía y mundo. Se trata de un mundo en el que las disputas se resuelven en un ring rodeado de fans que saben que es un espectáculo y hacen como se lo creen. Hay quien lo define como un juego de rol de papel y lápiz: los luchadores hacen de masters y crean la partida mientras que el público debe poner de su parte y meterse en el mundo y respetar sus reglas.
Sobre el tipo de persona que va a verlo, no hay nada escrito. El espectro de público va desde el niño más casual que ve la WWE semanalmente y va por curiosidad, hasta el smark más smark que lo da todo al verles luchar.
Pocas normas para ser público hay, pero son fáciles de conocer. La primera es ir con buenas intenciones, saber abuchear a los heels y animarles cuando lo hacen bien y apoyar a los face. La segunda norma es no pillarse las sillas, ya que están puestas para los niños y los familiares de los luchadores.
Por lo demás, el público tiene casi total libertad para dar ambiente al espectáculo. Lo más normal es que los que están en primera fila puedan tocar el ring, y mientras que no está permitido meter el brazo por debajo de las cuerdas y hay que echarse atrás cuando nos lo dice el staff. Lo más habitual es que para animar se den golpes en el ring para armar un ruido atronador cuando los luchadores están tumbados en el suelo y han dado un espectáculo o cuando al principio de cada show se crea un ensordecedor ruido de golpes al ring mientras se grita "bukkakke", tradición que los luchadores adoran e incitan a seguir espectáculo tras espectáculo.
No faltan los carteles, algunos hechos a mano y otros hechos con impresora, desde nombres de luchadores hasta el dibujo de un Boo de 'Super Mario Bros.' para simular el abucheo, pasando por referencias a 'Pokémon' diciendo que hay un Charizard en el ring refiriéndose a un luchador conocido por usar fuego en sus combates. Mención especial tiene el evento No Rules Day en el que incitan a que los propios visitantes traigan sus armas de casa para que las usen los luchadores, como una barra de pan, un corcho o una tapa de retrete que fueron ofrecidos a los luchadores para que los usen.
Los cánticos están a la orden del día, y se da una mezcla entre originales para luchadores de La Triple con otros conocidos de la WWE, y luego los cánticos de los smarks más smarks. De los que conocerán los fans de la WWE, no falla que se cante "Suplex City" cuando aparece un súplex alemán, un "Fight Forever" cuando la lucha encanta al público, mientras que los más smarks cantan "Botchamania" cuando ha habido un fallo muy grave, aunque este último se canta muy poco por respeto a los luchadores. De los cánticos propios de La Triple, es habitual ya el cantar la canción de 'Bricomanía' cuando se está montando una mesa en un combate extremo (juro que ésto no me lo invento), cánticos de "Sevilla" o "Kylo Ren" a luchadores con parecidos físicos, un cántico de "Je Suis Monté" hecho por el Gremio de Cazadores cuando un luchador estaba montado sobre otro, "Pagafantas" cuando un luchador fue a salvar a una luchadora traicionada por su novio, y "Alabaré alabaré alabaré al Padre Paolo" para animar a un luchador que hace de religioso.
Otros cánticos menos políticamente correctos están "Saca la navaja" cuando sale un luchador cuyo personaje es un gitano, o "Cero dieciséis" cuando un luchador se ceba con una luchadora, porque ahí tienen superados los roles de género y no tienen problemas en hacer que un hombre se enfrente a una mujer en algún que otra ocasión. Todo depende de si el cántico es original, fácil de seguir y se hace en el momento correcto, pero cualquiera puede hacer uno si quiere y es el resto del público el que responde. Pueden parecer que van con mucho dolor, pero es parte del espectáculo y se sabe que nunca se va a hacer un daño personal a los luchadores, porque recibir cánticos de abucheo es propio de los heels.
Y al final de la jornada está el denominado "Meet and Greet", que como su nombre indica, se conoce en persona a los luchadores que están en disposición de estar con gente. Bien pueden faltar por lesión grave o por miedo social. Están ahí para recibir opiniones de todo tipo, de técnica y de bookeo. Puedes pedirles fotos, decir lo que te molan, que ellos lo agradecen y es lo poco que piden tras un sacrificadísimo espectáculo más allá de que su público haya disfrutado. Al final de todo, tanto los asistentes como los luchadores se sienten como una gran familia que les une una misma pasión: el wrestling.
Todo esto que he estado comentado lo hacen gratis y por amor al arte, y por lo general, sus espectáculos siempre son de carácter gratuito. Venden camisetas para mantenerse económicamente junto a la venta de bebidas a precios populares cuando toca espectáculo en la nave central de Tabacalera, que es casi un uniforme para muchos con diseños que van desde un sencillo logo de la Triple, una edición especial por su aparición en el Arnold Classic Europe '15, hasta una parodia del logo de 'Sons of Anarchy'. Algún que otra vez han hecho espectáculos de corte benéfico como una colaboración con Riot Wrestling llamado Wrestling por Carla para ayudar a una chica a que investiguen una enfermedad rara que padece, habiendo pagado La Triple un autobús para ir a Barcelona.