El 2 de Junio 2017 | 17:35
Representación natural de minorías
Lo más destacable de 'Sense8' es, sin duda, la naturalidad con la que toca temas que no se suelen ver en otras producciones similares. Estamos ante una serie coral en la que la mayoría de sus protagonistas poseen un puesto de relevancia en una minoría poco o mal representada en la ficción. Por ejemplo una de sus protagonistas, Nomi, es una chica que nació como varón y se sometió a un cambio de sexo para poder sentirse a gusto en su propio cuerpo. Este tema se trata sin caricaturas, sin alardes. De hecho no es la parte más importante y definitoria del personaje, sino que sirve como trasfondo para construir la historia de una persona que lleva una vida más o menos normal más allá de eso. Y lo mejor es que no es la única. Poliamor, homosexualidad, bisexualidad... Hay una muy bien llevada representación de minorías.
Trabajo en equipo
Una de las mejores sensaciones que transmite 'Sense8' es la de la colaboración entre semejantes. En el grupo, cada uno de los ocho sensates tiene una serie de habilidades que puede utilizar en un momento dado, cada vez que el resto necesita de su ayuda. Es icónico ver cómo se van fraguando lazos de unión entre ellos, cómo algunas relaciones son más fuertes que otras y se forman conexiones personales dentro de un todo... Pero también sorprende observar cómo cada miembro del grupo -a pesar de que cada uno es un ente propio- puede dejarlo todo para colaborar con sus hermanos. Los intereses del conjunto están supeditados a los de cada persona, un mensaje que va calando poco a poco en los espectadores y que sirve para intentar difundir la idea de que la participación en la sociedad es un valor que sólo puede reportar resultados positivos.