Por El 15 de Diciembre 2016 | 18:17
19. 'Grand Theft Auto: San Andreas'
El mundo de los videojuegos se vio condicionado durante mucho tiempo por la polémica de los temas adultos y la violencia, sobre si estos debían estar presentes. Eso a Rockstar Games nunca le importó: lo importante era dar juegos grandes y divertidos a la audiencia. Y desde luego que lo logró con en 2004, cuando publicó el que era su título definitivo en la época: 'Grand Theft Auto: San Andreas'.
Ningún otro título hasta aquel momento podía siquiera asemejarse a lo que supuso esta entrega de 'GTA'. Un mundo completamente abierto compuesto por tres ciudades diferentes, cientos de posibilidades de vehículos que podíamos comprar o robar, y una policía que no iba a descansar hasta derribarnos si cometíamos demasiados crímenes de golpe. ¿Y cuál era el objetivo del juego? Seamos francos en esto: pasarlo bien con total libertad, sin complejos ni limitaciones.
Aunque la saga 'Grand Theft Auto' nos ha dejado algunos títulos muy interesantes de forma posterior no podemos dejar de recomendaros esta entrega entre todas por lo que supuso en su momento y las oportunidades que sigue dando. Quizás entendáis que el concepto de mundo abierto de hoy día se sigue viendo influido por este gran videojuego, pese a los años que han pasado.
18. 'The Secret of Monkey Island'
Antes de la llegada de Jack Sparrow en 'Piratas del Caribe' la gente admiraba a otro pirata valiente, apuesto y astuto como el que más. Quizás estos atributos estén algo exagerados para presentar a uno de los protagonistas más queridos en el mundo de las aventuras gráficas, pero lo que importa es su influencia: Guybrush Threepwood marcó a toda una generación de jóvenes de cómo debía ser un protagonista de videojuegos.
'The Secret of Monkey Island', una de las aventuras gráficas más famosas de todos los tiempos, comenzaba con una frase sencilla que marcaba las intenciones de sus desarrolladores: "¡Hola! ¡Me llamo Guybrush Threepwood y quiero ser un pirata!". A partir de aquí la locura estaba servida: el jugador debía superar duras pruebas, sacar todo su ingenio en puzles aparentemente imposibles y recoger hasta el objeto más estúpido del mundo para superar una aventura cuyo humor no tenía precedentes. ¿Quién iba a decir que un pollo con polea iba a ser tan útil?
Una vez más, te debes este videojuego. Las aventuras gráficas quedaron condicionadas por el modelo que inicio esta primera entrega de la saga, y aunque las cosas hayan cambiado no viene mal echar un vistazo atrás para ver qué hizo tan modélico a esta franquicia. Además quedan otras dos cosas por mencionar: su humor sigue sin haber envejecido lo más mínimo y su final nos enseña una de las lecciones más importantes para los jugadores de su día. Nunca pagues más de veinte duros por un videojuego.