El 23 de Abril 2014 | 18:41
SERGIO MEDIAVILLA
Al igual que Xose, no pude disfrutar de una GameBoy en propiedad hasta que celebré mi comunión, bueno, realmente la tuve unos días antes. Recuerdo ir con mi madre y mi hermana a un centro comercial francés del que no diré nombre pero todos conocemos. El fenómeno Pokémon aún no había llegado a Europa, al que me enganché en el momento de su lanzamiento, pero era el único chico del colegio que aún no contaba con una consola portátil en sus zarpas, y reconozco que las horas de clase por la tarde, donde apenas se hacía nada, eso de tener que ir "mendigando" una consola no me hacía mucha gracia.
Volviendo al momento de la compra, cuando llegamos al centro comercial mi intención era hacerme con una GameBoy Color amarilla, pero el destino se puso en mi contra y el chico responsable de la división comentó que sólo la tenía disponible en rosa, que si la quería amarilla tenía que esperar una semana hasta que le llegasen las nuevas unidades. No estaba dispuesto a esperar una semana más, así que, aunque el color no era mucho de mi agrado (me iban a dar lo que no estaba en los escritos en el colegio), la pillé, sin juegos, pero ya era mia, los juegos ya vendrían.
Y así fue, El día de la comunión, junto a los típicos sets personalizados para tales eventos de lapices y rotuladores, varios familiares me regalaron un par de juegos, uno de ellos juraría que era de los piratitas de tropecientos en un cartucho como comenta Andrea, pero no lo recuerdo con exactitud, sólo recuerdo que en uno de los juegos el prota era un ninja que iba soltando estrellas a diestro y siniestro.
Previo a la fiebre 'Pokémon', 'Donkey Kong Land 2'
Como digo, tuve la época del "Hazte con todos" y me compré los cartuchos rojo, azul y amarillo de 'Pokémon', incluso el cable iLink, ¿era iLink o me he appleizado?, para poder transferir las criaturas que nos faltaban de un cartucho a otro con los compañeros, el álbum, seguía la serie cuando empezaron a emitirla por la tarde...en fin, un "fan de póster" como suelen decir ahora, pero junto a esta franquicia siempre recordaré dos títulos, bueno, un título y un dispositivo.
Por un lado, 'Donkey Kong Land 2'. Por aquél entonces servidor no tenía ni pajolera idea de videojuegos, simplemente se dedicaba a meter el cartucho y jugar. No sabía quién desarrollaba qué, si el juego al que jugaba acababa de salir al mercado, si era un hit o si llevaba años cogiendo polvo en las estanterías del centro comercial.
La cosa es que, como parte de un regalo, cayó en mis manos un cartucho de Donkey y creo que, junto a los Pokémon, ha sido uno de los juegos al que más horas le dediqué en mi pequeña rosita. Recuerdo ir en el autobús hacia el colegio jugando a este plataformas como si no hubiese mañana, incluso me apenó llegar al momento final.
Game Boy Camera
El otro título no lo es como tal, o al menos no como se puede considerar al resto de juegos. ¿Alguien recuerda la GameBoy Camera? En su momento juraría que se presentó como la revolución del siglo, pero también juraría que se pegó un buen "tortazo" en ventas. Fui uno de los pocos que decidió comprar el periférico, nada de la Printer con la que podía imprimir las fotografías.
Ahí es donde estaba la magia del periférico, permitía hacer fotos con tu consola, imprimirlas, en el caso de tener la Printer, o incluir nuestro careto en 3 o 4 minijuegos, no los recuerdo exactamente. Reconozco que tampoco le dí un gran uso una vez pasada la novedad, pero mirándolo con el paso del tiempo me he dado cuenta que tuve mi primera cámara digital mucho antes de lo que pensaba, y aunque la usaba para hacer chorradas con las modificaciones que permitía el software incluido, donde se encontraban los típicos bigotes, gafas o pelucones que podemos, marcó un antes y después, al menos en mi "fama" dentro del colegio... entendedme, venía de una época en la que reconocía que 'Dragon Ball' no me gustaba y tenía que volver a ganarme el respeto del "público".
Gameboy, al igual que servidor, cuenta ya con su cuartito de siglo, y aunque Nintendo le diese la espalda al lanzar el que iba a ser "su tercer pilar", siempre tendrá un huequecito en el corazón, entre otras, porque ninguna otra portátil me ha hecho disfrutar tanto como entonces, aunque se lo achaco más a la edad.