El 23 de Septiembre 2016 | 15:57
Dead Rising 4
Desde el mismísimo momento en el que se nos confirmó que la cuenta atrás que nos ponía contra las cuerdas en la primera entrega de la franquicia desaparecería en esta cuarta entrega protagonizada por el carismático Frank West todo empezó a cobrar sentido.
El tiempo no es un problema en Dead Rising desde su primera entrega, pero es este nuevo proyecto en el que se celebran los 10 años de vida de la licencia, en el que volvemos a Willamette y en el que acompañaremos una vez más al fotógrafo experto en conspiraciones, muertos vivientes y tratamiento de psicópatas que se convirtió en una de las mascotas de Microsoft hace ya mucho tiempo.
Vuelven las combinaciones demenciales de basura de todo tipo que convertir en armas letales, ponerle un diamante a una linterna para convertirla en un sable láser es ya cosa del pasado al lado del exotraje que debutará en 'Dead Rising 4' demostrando una vez más que no importa cuán dramático se ponga la franquicia a la hora de poner énfasis en la muerte de supervivientes a nuestro cargo o en el cuidado de nuestra hija infectada, aquí se viene a reventar cráneos y si es con toda la sección de menaje del hogar única con cinta americana mejor que mejor.
Borderlands
A día de hoy todavía no he conseguido que deje de molestarme la afirmación de "Borderlands no tiene historia". Pues si bien tengo que ceder y reconocer que no tiene una explícita que a la vez sea relevante en ninguna de sus entregas también diré que no solo tiene historia, si no que tiene historias, cientos de ellas. Posiblemente los de Gearbox sean los FPS en los que más necesidad he tenido de explorar cada definición de cada misión secundaria, cada recurrente registro de audio y cada comentario espontáneo de cada NPC de sus mundos.
En Borderlands hay historias de maldad, locura, avaricia, amor, crueldad y muchas putadas vividas por los habitantes de planetas que suelen estar en las últimas, que Tiny Tina es uno de los mejores personajes del videojuego moderno no es algo que entre a debate.
Pero si hay que ahondar tanto para dar con la parte seria de Borderlands es porque la superficial es todo lo contrario, un amasijo de acción descerebrada en la que se nos propone reventar a criaturas de otros mundos con un arsenal compuesto de millones de armas, unos números que aún con truco siguen siendo literales a día de hoy. Una de las franquicias que mejor han casado el ARPG con el FPS y que nunca desaparecerán de la historia del género y del medio.
Wet
"Disparais igual que follan los viejos, mal y lento" Es una frase que a un par de amigos les gusta usar a menudo y es un ejemplo muy representativo de lo que era 'Wet', igual uno de las licencias menos conocidas de Bethesda que Behaviour Interactive lanzó en 2009 para PS3 y Xbox 360.
Si hay que definir a Rubi Malone que sea como "la puta ama", pues intentar profundizar más en sus rasgos con definiciones más específicas y personales seguramente acabarían separando nuestra cabeza del torso con un ligero movimiento de muñeca de esta samúrai moderna cuyos modales van a caballo entre los de una forajida del Viejo Oeste y un estibador ruso.
Ni era un juego completo ni era ni siquiera bueno para muchos, pero 'Wet' es una de esas experiencias que te marcaban si sabías verle las bondades, una de esos nombres que sacas a relucir en cuanto te surge la oportunidad en parte porque crees que quedas bien al hablar de algo que supones que solo conoces tú y en parte porque sabes que difundir la palabra de Malone es más un deber que algo que quieras hacer.
Lego Dimensions
Casi cualquier juego de Traveller's Tales podría entrar en la definición de "juego que no se toma en serio". Antes de monopolizar su producción con licencias convertidas en Legos el estudio ya trabajaba en adaptar no pocas caras reconocidas de Disney al mundo del videojuego.
Y sin duda cualquier Lego podría ser mencionado en esta lista, pero consideremos a 'Lego Dimensions' como el ideal por dos razones, primero porque es novedad y el menos explorado del catálogo y segundo porque aquí ya todo da igual, la inclusión del juguete físico como elemento diferencial del resto de entregas ha abierto la puerta a todo un mundo de bromas y diversión.
No hay ni que entrar a jugar para darse cuenta de que todo se ha salido de madre, tenemos a Supergirl presentando la llegada del set de E.T. al juego en un mash up que ni de lejos es tan loco como La Princesa del Espacio Bultos y Mr. T del Equipo A compartiendo escena. Cuando licencias como Los Cazafantasmas, Sonic, Portal o Regreso al Futuro comparten software sabes que no habrá sitio para la seriedad.
Bulletstorm
Dada la fiebre por los "Simulator" que hemos vivido en los últimos años no me cabe duda de que de ser un juego actual el 'Bulletstorm' de People Can Fly ahora se llamaría "Molar Simulator".
En el papel de un hijo de puta (esto es, literalmente, lo más bonito que se llaman unos personajes a otros) entraremos en una vorágine de violencia y destrucción propiciada por un arsenal de armas que bien podría haber nacido de las mentes más enfermas de Insomniac Games y un elenco de personajes mal hablados y despreciables que se reparten insultos y plomo a partes equivalentes.
El sistema de puntuación por estilo y algunas de las mecánicas más originales y divertidas de la pasada generación hacían de este FPS uno de los mejores que servidor ha jugado en los últimos años, uno que debería regresar para enseñar cómo se hacen un par de cosas.