Por El 29 de Enero 2017 | 11:50
Bienvenido de nuevo, querido lector. Hoy regresamos con una nueva Retro Zona; la tercera de 2017, y la primera que rebobinará hasta 30 años en el pasado. Porque esa es una de las grandezas de esta sección retro, y del propio retro en sí: un día podemos estar hablando del primer 'Assassin's Creed', que cumple 10 años, y otro día podemos repasar juegos que suponían no solo el inicio en el sector de compañías tan importantes como la propia Ubisoft, sino también unos tiempos en los que las consolas como las conocemos hoy en día ni siquiera existían. Todos aquellos que hayan tenido en posesión aquello a lo que muchos llamábamos "ordenador personal" se sentirán muy identificados con el artículo de hoy: da igual si era un Spectrum (en el que nos centraremos hoy), un Commodore, o un MSX. La cuestión, es que eran otros tiempos: cargar los juegos era tan infernal como mágico (aquellas cintas con sonidos horrorosos... pero carismáticos), pero las experiencias eran maravillosas. Los juegos costaban cuatro duros en muchas ocasiones, y algunas experiencias nos marcaron para toda la vida.
11 arcades a los que tienes que jugar
Es por eso que hoy vengo a dejar constancia de mi propia infancia. Aquella en la que, con apenas 3 años, mi hermano empezaba a mostrarme el que posteriormente se convertiría en uno de mis pasatiempos favoritos. O mucho más que eso: en una pasión. En mi caso, el que estuvo en casa durante muchos años (y aún lo conservo con gran cariño) fue un ZX Spectrum (concretamente el modelo +2A, con 128 KB de RAM), y os lo voy a admitir: incluso con una Game Boy entre mis manos, muchas de las horas de juego las copaba aquel maravilloso microordenador de 8 bits, en el que desde el principio contaba con una gran colección de juegos que mi hermano había ido comprando con los años. Pero tampoco os voy a engañar: más allá de sus posibilidades como ordenador (programar con Basic fue algo que muchos niños intentamos, por ejemplo), tenía muy claro cuáles eran mis juegos favoritos. Algunos que, por una u otra razón destacaban por encima de los demás. Y con el paso de los años, entendí que no iba mal encaminado.
Más que nada porque estamos hablando de juegos que por aquel entonces pertenecían a compañías más desconocidas: 'US Gold, Konami, Sega o Ubisoft, que sin embargo hoy en día son mundialmente prestigiosas. Y todos tenían algo en común: su planteamiento tremendamente arcade. Daba igual que fueran matamarcianos (qué grandes eran), plataformas, o juegos deportivos. Absolutamente todos eran frenéticos, directos, y muy muy arcades. Evidentemente las cintas de casete llevaban sus instrucciones, e incluso algunos tenían su "argumento", pero bastaba con cargarlo y coger el Joystick (o el teclado) para que cualquier niño pudiera disfrutarlo. Y sinceramente, ocurría algo que hoy en día es totalmente inviable: los juegos eran difíciles de cuidado, y no obstante nos divertían mucho. Con 6, 10 o 15 años, no eran pocos los que se frustraban, pero sin embargo los juegos tenían magia. Algo que nos enganchaba incluso aunque no fuéramos capaces de pasar de nivel.
Hoy voy a repasar 11 de los arcade que marcaron mi infancia, y que además, objetivamente son completamente imprescindibles para los amantes de lo retro. Si tienes Spectrum debes probarlos, y si no has tocado uno en tu vida... también (en emulador son muy accesibles). Porque algunos son muestras excelentes de cómo incluso en aquella época, y más allá de las limitaciones técnicas, algunas propuestas eran realmente brillantes y hasta revolucionarias. Desde uno de los mejores juegos de 'Batman' de toda la historia (incluso con cosas como la saga 'Arkham' en la actualidad), hasta títulos que algunos no probaron hasta años más tarde, como 'Bubble Bobble', pasando por algunos matamarciandos tan buenos como desconocidos. Una vez más, no estamos ante un top, de manera que los videojuegos aparecerán en orden alfabético. Por supuesto, ten en cuenta que algunos también estaban disponibles en otras plataformas, y que aunque yo me centro en Spectrum, lo dejaré patente para que cada uno elija su opción favorita. ¿Retroempezamos?