El 3 de Diciembre 2014 | 17:25
Xbox One fue presentada en sociedad en mayo de 2013, en un evento que para este que escribe podría ser calificado perfectamente como infame desde el punto de vista de los videojuegos. En un lamentable ego trip de Don Mattrick, lo que quedó claro es que en Xbox One se podría ver la NFL, que tendría un montón de aplicaciones en general relacionadas con la televisión y que podríamos hablar por Skype con nuestros amigos... mientras vemos la televisión. Escribo de memoria, pero en una hora de presentación, los videojuegos ocuparon unos diez minutos o menos, con la única mención de un por aquel entonces hipotético 'Halo 5' y de 'Quantum Break'.
Días después llegó el terremoto: sería obligatorio conectar la consola a internet cada 24 horas como mínimo y los juegos tendrían una especie de licencia por la cual su único usuario sería su comprador original. Es decir, nada de prestarlo o revenderlo. Por no hablar de la presencia ineludible de Kinect, al que la propia Microsoft ha dado boleto, y que encarecía 100 euros la consola respecto a la competencia. Ante esta vulneración de los derechos del consumidor, lo que ocurrió en el E3 fue más que previsible: Sony olió la sangre y se aprovechó de ello, hasta el punto de que ya se daba por hecho que PlayStation 4 ya había ganado de facto esta generación.
Pero sucedió lo mejor que le podía pasar a Xbox One: la dimisión (ejem) de Don Mattrick y como consecuencia de ello, la llegada de Phil Spencer. Este hombre no solo comenzó a rectificar todas las malas decisiones anteriores, sino que me atrevería a decir que introdujo una nueva manera de actuar, cuyo mejor reflejo de ello son las conferencias de Microsoft en los sucesivos eventos: hace meses que no se habla de televisión, y sí de juegos. Podrán gustar más o menos, pero son juegos. Lo más difícil está hecho, ahora la remontada pinta complicada, pero a diferencia de hace un año, no imposible.
Lo mejor de Xbox One
- Rectificar es de sabios
Xbox One partía con una desventaja notable desde mucho antes del día de su lanzamiento, gracias a unas políticas y decisiones del todo perjudiciales para el jugador, cuando no abusivas. Conexión obligatoria cada 24 horas a internet, Kinect también obligatorio (lo que conlleva una plusvalía de 100 euros respecto a la competencia), bloqueo a la segunda mano, excesivo marketing dedicado a la parte multimedia de la consola... Tal vez haya sido por obligación de la situación, porque no ha quedado más remedio, pero Microsoft ha sabido darle la vuelta a todas esas discutibles decisiones y ganarse una imagen radicalmente distinta a la de hace algo más de un año.
- Catálogo de exclusivos
Como decía antes, podrán gustar más o menos, pero Xbox One le pinta la cara a PlayStation 4 en cuanto a exclusivos durante su primer año. Tanto de estudios first party como de acuerdos con terceros, los usuarios de la consola de Microsoft bien tienen motivos para presumir, más los que aún faltan y no tienen peor pinta precísamente: 'Halo 5: Guardians', 'Scalebound', 'Quantum Break', el nuevo 'Gears of War'...
- Xbox Live
Aunque haya experimentado más problemas de los que nos tenía acostumbrados en la época de Xbox 360, la comparación con la competencia sigue siendo odiosa. La red de Xbox One sigue manteniendo una robustez envidiable si la ponemos frente a PS Network, así que sí, ellos inventaron eso de pagar por jugar online, pero si el servicio es bueno, deja poco lugar a quejarse... Otra cosa es la política que se está siguiendo con los Games With Gold, pero eso ya es un añadido del que tendrán que rajar (o no) los poseedores de la consola.
Lo peor de Xbox One
- La herencia recibida
Valga la expresión tan utilizada en política para describir el fango que dejó tras su paso Don Mattrick antes de irse con la música a otra parte, concretamente a Zynga. Probablemente sea un lugar donde encaja de verdad, ya que por fin podrá cumplir lo que una vez quiso aplicar a Xbox One: obligar al jugador a jugar conectado a internet. En realidad, esa solo es una de las muchas pésimas decisiones que tomó mientras duró su mandato al frente de Xbox. Da miedo pensar en la situación en que se encontraría ahora mismo esta consola de no haber llegado Phil Spencer, que sigue luchando por limpiar la imagen de la marca, y todo sea dicho, con bastante acierto.
- Problemas en Japón y... Estados Unidos
En Microsoft ya contaban con que lo tendrían difícil en el país nipón, pero... ¿hasta el punto de que el lanzamiento de Xbox One sea el peor de cualquiera de sus consolas en Japón? Probablemente no. Con lo que seguro no contaban es con que Sony les arrebatara el liderato en su propia casa, Estados Unidos, donde PlayStation 4 ha vendido más consolas en todos y cada uno de los meses desde que ambas coinciden en el mercado. Una sorpresa de lo más inesperada y, por supuesto, bastante desagradable.
- Resolutiongate
Este vocablo, del que parece que no terminamos de librarnos, fue sobre todo célebre hace unos meses, cuando muchos de los lanzamientos que estaban por llegar anunciaban las resoluciones que lucirían en cada consola. Xbox One salía perjudicada en todas las comparaciones, no llegando en muchas de las ocasiones a los codiciados 1080p, lo que hizo más evidente aún para los más preocupados por estos temas el hecho de que en efecto, es una consola menos potente que PlayStation 4. Sin embargo, sí ha habido títulos en la consola de Microsoft capaces de llegar a esa cifra, con lo que demuestra ser capaz de ello. Entonces, ¿dónde está el problema? Algún día nos lo explicarán de verdad...
Los juegos de Xbox One
Que fuera el juego con el aspecto gráfico más burro de todo el catálogo de lanzamiento de ambas consolas no puede ocultar la triste realidad: jugablemente, era mediocre. Que un título con este nivel visual tenga un 6 en Metacritic solo es resultado de lo limitada de su jugabilidad, llena de quick time events sin sentido y decenas de enemigos clónicos, además de una historia sin ningún aliciente narrativo. Sin embargo, no son pocos los que revindican este juego como un arcade de acción bastante solvente, y si se mira desde ese punto de vista, tiene un pase. De todas formas, Crytek está hecho unos zorros, así que da que pensar que el éxito de este título fue más bien discreto.
- 'Titanfall'
Que no tuviera campaña para un jugador (porque a eso no se le puede llamar campaña para un jugador) y que a su cargo estuvieran antiguos miembros de Infinity Ward (como si eso fuera malo) hizo que este juego diera mucho miedo, pero resultó ser toda una sorpresa para todos los que lo jugaron. Gracias a una fórmula frenética y vertical, y a la presencia de los titanes, 'Titanfall' fue la major experiencia multijugador de lo que se llevaba de generación. La mayor crítica recibida entonces, la ausencia de más modos de juego, se fue solucionando paulatinamente con actualizaciones gratuitas, con lo que Respawn demostró estar realmente preocupada por mantener su vida útil. Otra cosa es que no pocos jugadores hayan ido abandonándolo poco a poco, pero como hemos ido viendo después, su influencia en otros títulos ha sido evidente ('Destiny', 'Call of Duty: Advanced Warfare').
- 'Forza Horizon 2'
Se suponía que 'DriveClub' iba a competir con el juego de Playground Games, pero al final poco tuvo que hacer. 'Forza Horizon 2' es un juego, que siendo potente visualmente, esa es la menor de sus virtudes, ya que ha sabido presentar con acierto el primer sandbox de conducción de la nueva generación, que es por donde va a dirigirse el género, con un buen puñado de cosas que hacer y secretos en su entorno, y en el que hasta salirse de la carretera para dar vueltas sin sentido resultó ser divertido. Los Drivatars, las posibilidades de personalización y la simulación clásica de la franquicia hicieron el resto para convertir a este en el mejor juego de coches aparecido hasta ahora en ambas consolas.
- 'Halo: The Master Chief Collection'
Las cuatro entregas numeradas de la franquicia de mayor prestigio de la marca Xbox reunidas en un solo blu-ray, con más de cien mapas multijugador, la presencia de la beta del esperado 'Halo 5: Guardians'... ¿Qué podía salir mal? Pues como en otros muchos juegos, precísamente, el multijugador. Lo más robusto, de lo que siempre ha presumido 'Halo', se vino abajo contra todo pronóstico, convirtiendo la búsqueda de partidas en una auténtica odisea en el espacio. Por si fuera poco, esto venía precedido de la polémica por la no traducción de los textos in game de Halo 2, con lo que un lanzamiento que debía haber sido apoteósico, se llenó de nubarrones. Una verdadera lástima que el alfa y el omega de Xbox One haya salido de esta manera, pero este tipo de errores solo puede servir para que las desarrolladoras y editoras aprendan de cara al futuro.