Cada vez que una nota de prensa cae en el buzón de Zonared leo lo siguiente cuando se refiere a la consola de Microsoft: "Xbox One, el sistema de videojuegos y entretenimiento todo en uno de Microsoft". Así es como se llama con nombres y apellidos Xbox One a nivel comercial, y, claro, esto se presta a múltiples interpretaciones.
Resulta evidente que cuando Don Mattrick y su equipo pensaron en el nombre de Xbox One como un sistema todo en uno, hacía referencia al clásico "tv, tv, tv" que tan atrás se ha quedado. La consola se planteó como un punto sobre el que pivotaría toda la experiencia en un salón, como antaño fue Xbox 360 pionera en las aplicaciones multimedia.
La democratización de las televisiones smart, los chromecast, el hecho de que todas las plataformas de videojuegos cumplan estas funciones, la inclusión de Kinect como obligatorio... un montón de factores combinados, y de sobra conocidos, hicieron que ese discurso "todo en uno" de Mattrick pronto se desinflase, y con la caída de fuelle llegó también su salida de la compañía en favor de Phil Spencer.
Sin embargo, y sin que nadie se haya esforzado en recordar este lema "todo en uno", Xbox One X llega, por fin, en el momento en el que Xbox sí es "One". El equipo de retrocompatibilidad ha sido el responsable de darle por fin significado a esa idea inicial. Significado en una dirección muy diferente a la prevista en un primer momento, pero sin duda con un sentido mucho más coherente.
Xbox One X todo en uno
La idea de convertir Xbox One en una plataforma para el presente y pasado de Xbox, ahora, con el lanzamiento de Xbox One X, se torna también en plataforma de futuro. Poder abarcar el conjunto del catálogo de todas las consolas, y acercarse también a la comunidad de PC con Play Anywhere, supone el cambio de filosofía más profundo en la marca en los últimos años. Ha pasado de centrarse en todo lo anexo a los videojuegos como atractivo, a focalizar su acción en crear una plataforma, consola o servicio con posibilidades crecientes y específicas para la comunidad de jugadores.
Todas estas funciones de retrocompatibilidad son evidentemente extensibles a los modelos previos de Xbox One, tanto la original como S. Sin embargo, hay un elemento simbólico que Phil Spencer y los suyos quieren proponer, y cada uno que se lo tome como quiera: Xbox One X simboliza la culminación de este camino emprendido para crear Xbox como un ecosistema único a través de diferentes plataformas.
A partir de este punto se abre un debate sobre si realmente se juega o no a los juegos retrocompatibles. Sobre esta la discusión una verdad superior: no es cuestión de jugar o no, lo relevante es la posibilidad de poder hacerlo.