El 7 de Julio 2017 | 18:21
No, Wonder Woman no debería ser noticia por pasar el test de Bechdel. Es más, que sea noticia precisamente por eso nos debería ya ir dando qué pensar, porque quiere decir que algo va terriblemente mal en el mundo del cine (y en el mundo en general).
Para los que todavía anden un poco perdidos, y no sepan qué es el test de Bechdel, les haré un pequeño recordatorio citando a mi compañera Sara Menéndez, que lo explicó muy bien en '¿Hay igualdad en la ciencia ficción? 9 películas que sí pasan el test de Bechdel?'. "Se trata de tres normas que ponen a prueba la brecha de género o nivel de desigualdad en una película", explicó Sara. Estas tres reglas son muy sencillas: en la película debe haber al menos dos personajes femeninos, y deben tener nombre; estas mujeres deben hablar entre ellas; y la conversación no puede tratar sobre hombres. Fácil, ¿verdad? Pues imaginad si hay pocas películas que pasan el test de Bechdel que todavía sorprende cuando un blockbuster consigue pasarlo.
Wonder Woman se estrenó hace ya unas semanas y, sin embargo, sigue estando en boca de prácticamente todo el mundo. En gran parte (además de por la calidad cinematográfica de la película en sí) por la fuerza de sus personajes femeninos y por haber conseguido pasar el test de Bechdel. Además, es una película que se puede considerar bastante feminista. Como bien explica Sara "una película que pasa el test de Bechdel no es una película feminista" en sí misma, sino que debe conllevar bastante más para ser considerada feminista.
En Wonder Woman hay dos mujeres (y más) que tienen nombre y relevancia, las mujeres hablan entre sí y no hablan de hombres, sino de cómo salvar el mundo (mucho más interesante, eso sin duda). Es decir, que el test lo pasa sin problemas. Porque estamos hablando de un test extremadamente sencillo que, sin embargo, apenas ninguna película pasa. Y ahí radica el problema. Incluso el hecho de que Wonder Woman (una película extraordinaria, si me permitís decirlo) sea tan alabada por pasar este test es un claro indicativo de que algo va mal, de que el cine continúa sin ser un lugar seguro para las mujeres. Porque aún no tenemos la misma representación que los hombres, continúamos teniendo que luchar por protagonizar papeles relevantes y, sobre todo, porque nuestra vida cinematográfica no gire en torno a los hombres.
Que un blockbuster, una superproducción tan reconocida como Wonder Woman, consiga pasar el test de Bechdel y, además, poder ser clasificada como feminista (con sus más y sus menos), es un auténtico logro. Pero también es una señal de que aún nos queda mucho por avanzar. Como ya he tratado de explicar en los artículos que he ido subiendo a Zonared en este breve espacio de tiempo, y como ya explicaré de forma más extensa en un futuro, el cine es un importante factor socializador. Lo que nosotros recibimos por parte del cine es lo que acabamos viendo como normal; asumimos que el papel de la mujer debe girar en torno al del hombre, por ejemplo. O que las mujeres solo pueden mantener conversaciones entre ellas si hablan de hombres. O que son ellos los que acaban llevando a cabo todo el peso de la acción.
Son detalles que, finalmente, influyen mucho en nuestro día a día, y que, eliminándolos, podríamos hacer que generaciones futuras vayan desterrando todas estas desigualdades y discriminaciones. De nosotros depende.