Me vais a perdonar muy fuerte, pero tengo que expresarme como mejor me salga sobre el tema 'Bandersnatch' y los videojuegos. El capítulo de 'Black Mirror' ha sorprendido a muchos y a otros no tanto y la diferencia entre unos y otros parece estar condicionada por su relación mayor o menor con los videojuegos. La chispa de esta "polémica", por llamarla de alguna forma, saltaba con un tuit de Álex de la Iglesia, conocido cineasta, en el que alababa de manera exagerada la revolución que suponía que una serie de estas características presentase un esquema de interacción más propio de otra industria prima-hermana de la audiovisual: los videojuegos.
Tras publicar este mensaje, el director de 'Balada triste de trompeta' ha visto cómo muchos usuarios de la red le explicaban que eso ya se hacía en la industria del ocio electrónico desde hace bastante (mucho) tiempo. A continuación, de la Iglesia se defendía diciendo que es algo que no se había aplicado a una producción puramente audiovisual como puede ser una serie o una película. Esto lo ha estado haciendo hasta hoy mismo, porque el hombre no se ha cansado de repetirse más que el ajo (tanto como aquellos que le tachan de no saber demasiado sobre videojuegos).
Mide tus palabras
El problema del tuit del cineasta es que, por suerte o por desgracia, en Twitter somos lo que publicamos y eso quiere decir que él se ha retratado como una persona bastante ignorante en lo que al ocio electrónico se refiere. Los videojuegos ya no son una industria menor a la que se la puede tapar con un simple dedo, sino que, encima, factura muchísimo más que el cine actualmente. No es que me guste usar esto como arma arrojadiza, pero a algunos se les deben bajar los humos tirando de cifras en algunas ocasiones.
'Bandernach' ha usado un esquema de decisiones que ha tomado directamente de algunos videojuegos como los que realiza David Cage. Sin ir más lejos, 'Detroit: Become Human' podría haber cosechado un éxito igual en Netflix de haberse estrenado ahí. Estoy completamente de acuerdo en que es un hecho a destacar que se lleven a cabo producciones de este tipo, pero no con que se adjudiquen logros narrativos que han nacido en otro sector. Y voy más allá. El videojuego se ha influenciado enormemente de la industria cinematográfica, algo que nunca se ha negado y que, además, se ha hecho con orgullo. Los casos de David Cage o Hideo Kojima (como grandes amantes del séptimo arte) son de los más sonados entre los aficionados a los videojuegos. Ellos fusionan en una producción interactiva lo mejor de ambas industrias, pero no tienen que menospreciar una para alabar la otra.
También he tenido que leer que los compañeros de gremio de de la Iglesia se han dedicado a defenderle (lógicamente), pero para ello algunos (no todos), han decidido que la mejor forma es menospreciar a los "expertos" (refiriéndose a los aficionados) en videojuegos. No, la mejor manera de defender una postura es con argumentos, no despreciando las aficiones de cada uno. Da la casualidad que en la cinematografía no deberían tener tantos aires, ya que en sus comienzos, también fueron pisoteados durante bastante tiempo hasta que consiguieron dar un golpe sobre la mesa y conseguir la etiqueta de "séptimo arte".
Esto me enerva especialmente, porque cuando uno llega a la cima, se olvida muchas veces de que estuvo en lo más bajo antes de ascender. Soy un gran amante del cine y la televisión y para amar a una, no tengo que despreciar a ninguna otra. 'Bandersnatch' y Netflix han demostrado que el videojuego está teniendo su impacto en la cultura audiovisual y no hay ningún problema en reconocerlo. Pero las medallitas os las guardáis, porque no son vuestras.