Por Marco Gonzálvez
El 9 de Noviembre 2017 | 15:38
Actualmente corren tiempos de desconfianza en este medio que es el de los videojuegos. Los jugadores ven mermada su confianza en los estudios de desarrollo así como en las empresas editoras y distribuidoras por no pocos motivos. Empezando por el tema del año; las cajas de botín que están convirtiendo a las grandes producciones en simuladores de casino, continuando con prácticas como meter códigos de descarga en ediciones físicas de videojuegos o dividir un producto completo en fragmentos que mutilan la experiencia original con la finalidad de venderte los nexos de unión unas semanas después a un precio indeterminado.
Es normal, dada la situación, que el jugador se muestre reticente a creer en el término "expansión", pues lo que éste significaba hace 10 años y lo que significa ahora es bien distinto. Una expansión en el pasado podría significar pasar varias decenas de horas adicionales en 'The Elder Scrolls IV: Oblivion' o cientos en 'World of Warcraft'. En los últimos tiempos hemos visto expansiones que no duraban más que el tutorial del juego base que pretendían ampliar como los muchos intentos de Rocksteady con la serie 'Batman Arkham'.
La expansión de una aventura sobresaliente
La cuestión es que ahora cuando Sony anuncia por todo lo alto que 'Horizon Zero Dawn' recibirá una primera y única expansión para ofrecer un poco más del que para algunos es el Juego del Año las preguntas son obvias ¿Cuánto dura? ¿Qué aporta? ¿Pero expansión expansión o DLC? Bien, puedo asegurar que lo que tenemos delante es una expansión con todas las de la ley para, eso sí, un juego de acción en mundo abierto y no un RPG (aunque ahora el término ARPG es tan difuso que vaya usted a saber).
'The Frozen Wilds' cumple todos los requisitos básicos de una expansión tradicional. Añade punto por punto más unidades de los elementos principales que componían el juego base, nuevas misiones principales y secundarias, nuevo arco argumental, nuevas armas, atuendos, coleccionables y criaturas que cazar. Lo básico está, la dificultad aumenta unos cuantos grados, aparecen un par de armas nuevas que se usan de forma distinta a las que aprendimos a dominar en el juego principal y todo va un paso más allá para que quienes se quedaron con ganas de más puedan seguir con Aloy una última vez (por ahora, porque aquí hay tela que cortar para mucho tiempo).
Eso es lo básico, si esperas más de lo mismo pero con un toque distinto ahí lo tienes, esta expansión es para ti y es muy difícil que acabes decepcionado. Ahora bien, la expansión de contenidos va más allá de lo puramente numérico y mecánico, va más allá de ofrecer más herramientas para matar a más criaturas robóticas. El juego también se expande en lo argumental y continúa difundiendo los múltiples mensajes que comenzó a propagar en la campaña principal.
Esta nueva aventura tiene lugar en El Tajo, una nueva zona al norte del mapa original donde habitan los Banuk, una tribu que ya conocíamos por comentarios y por algún viajero que nos encontrábamos en el juego base, pero cuyas raíces conoceremos en esta expansión. Los Banuk son una tribu que vive en la zona más hostil de este mundo devastado, entre montañas heladas donde el aliento se congela incluso antes de exhalarlo, su cultura tiene un pilar fundamental que es la supervivencia por encima de todo. Incluso de la familia o la amistad. Se trata de una tribu de guerreros fuertes que poco saben de Los Antiguos, aquellos que crearon las máquinas que ahora cazan para sobrevivir y que no son para ellos más que dioses del pasado.
De nuevo Aloy, bastante más experimentada en la tecnología del pasado que el resto de tribus que pueblan este universo, vuelve a ser la semilla del cambio. De nuevo volvemos a sentir que los muchos viajes de Aloy (conociendo a muchas personas diferentes por el camino, estudiando el pasado e intentando cambiar la situación actual de una sociedad tribal) le han otorgado un punto de vista mucho más global del mundo que la rodea. Aúna sus conocimientos con el respeto por las creencias y las tradiciones de cada tribu para intentar que estas crezcan y se abran al mundo de una forma más realista que espiritual. Aloy vuelve a ser casi una divulgadora científica entre tribus de guerreros feroces.
Pero no solo vuelve a brillar la heroína de Guerilla en esta expansión. Volvemos a toparnos con personajes secundarios que distan mucho de lo irrelevante, algunos que aportan toques de humor, otros que continúan con aquel mensaje de la liberación de la mujer que empezada con Aloy abandonando el pueblo de los Nora para demostrar que era tan capaz como ellos de ganarse el favor de los dioses y de doblegar el poder de las máquinas. 'The Frozen Wilds' sigue siendo tan feminista como lo era 'Horizon Zero Dawn', de nuevo vemos repetida la analogía de la mujer que se libera de los roles que los hombres les han impuesto dentro de estas sociedades tribales. Vemos durante las diversas misiones secundarias a mujeres que eligen abandonar su tribu aunque se considere un acto impopular, las vemos ascender al poder, demostrar que no necesitan protección y, al final de todo, las vemos elegir, ser cobardes, ser fuertes, ser libres.
Volviendo al tema principal. 'The Frozen Wilds' es una expansión con todas las letras, ofrece una porción extra de un juego brillante que no podría ser mejor recibida en estos días donde las experiencias para un jugador están en boca de todos.