El 11 de Abril 2019 | 19:38
Parece que la polémica entre Steam y Epic Games Store va para largo. Pero... ¿tiene sentido alguno la guerra que están librando? Y lo que es más importante. ¿Quiénes la están librando? ¿Las dos compañías? ¿O más bien los usuarios? Personalmente, creo que aunque la guerra es a diferentes frentes, nada tiene que ver la "competencia" de dos empresas, con el ambiente hostil que los usuarios están generando. Una vez más, con el mismo punto de partida de siempre: "lo mío es mejor y voy a boicotear todo aquello que opine lo contrario.". Pensaba que las guerras de consola ya eran cosa del pasado (ironía en modo turbo), pero es evidente que la gente busca nuevas fórmulas de hacer lo mismo de siempre.
Lo importante es disfrutar, ¿no? ¿Noooo?
Es decir, nuevas formas de "trollear" (y perdonad la expresión, pero es la que merecen los trolls). Lo he pensado en múltiples ocasiones, y sin embargo nunca llego a una respuesta lógica: ¿qué es lo que ganan con esto? ¿Tener más repercusión en las redes sociales? ¿El TOTY a mejor troll del año? La cuestión es echar basura al medio. Al medio que compartimos y que amamos. Entiendo que la gente tiene que ser crítica, y que no hay que ver las cosas de color rosa. También puedo entender que los fans defiendan a capa y espada aquello que les gusta, llegando a veces a la vehemencia con sus argumentos. Pero cada vez veo más fina la línea entre el que lo hace de forma constructiva o para generar un debate sano (lo que era el foro de toda la vida), y los que simplemente quieren quejarse de todo y porque sí, porque les apetece.
Pero vamos a poner ejemplos prácticos de lo que, en mi humilde opinión, son hechos contrastables. Yo no estoy hoy aquí para juzgar si está bien que una empresa compre exclusivas a golpe de talonario. Evidentemente, es lícito que sea algo que a ciertas personas les parezca poco ético. Sin embargo, no es lo mismo que esa exclusiva te impida disfrutar de un juego que ibas a poder jugar, que el hecho de que simplemente te obliguen a instalar un navegador distinto —y gratuito. Por eso, entiendo que hay que ser crítico, pero con todo lo que eso significa: es decir, viendo el conjunto y siendo lo más objetivo posible.
¿Y los desarrolladores?
Por otra parte, hay que poner todo eso (el hecho de que el cambio no nos implica mucho esfuerzo) en contraposición con lo que sí implica para las compañías. ¿Están realizando realmente una estampida cuando dejan Steam y se van a Epic Games Store? Nuevamente, no seré yo el que juzgue si está bien que esos cambios se produzcan cuando ciertos usuarios ya habían realizado las reservas. Y me parece lícito, de nuevo, que uno quiera disfrutar del juego en Steam, porque tiene ahí sus amigos y porque sí, porque le apetece. Pero... ¿qué sería la industria si no cuidáramos un poco a los que trabajan en ella? Cuando se habla del crunch laboral, todos nos estremecemos. Sin embargo, pocos hablan sobre lo malo que puede ser un monopolio para las empresas. Sobre todo para las pequeñas. Y hablando de monopolios, hay que recordar que eso es, más o menos, lo que tenía Steam antes de la llegada de Epic Games Store.
Una vez más, las cosas no siempre son como parecen, pero no hay que ser tampoco un genio para saber que la competencia es sana para todos. Incluso para aquel que la recibe, porque le puede servir para seguir trabajando y no quedarse dormido en los laureles (que es lo que deberíamos criticar a Steam, en todo caso). A donde quiero llegar, es al hecho de que si las empresas deciden cambiar Steam por Epic, incluso aunque los jugadores ya hayan hecho reservas, es porque quizás los porcentajes que recibían por parte de Valve eran demasiado injustos. Nuevamente, un efecto del monopolio. Hoy en día, nadie regala nada y ninguno es el bueno ni el malo. Solo son empresas que intentan hacerlo lo mejor posible pensando en sus intereses. Y a los jugadores, nos debería preocupar más que ese esfuerzo se traduzca en más y mejores opciones, que no los orgullos absurdos y las guerras que no van a ninguna parte.