El 28 de Diciembre 2016 | 16:09
Puede que hoy sea el día de las inocentadas, pero la Zona que he preparado para este día 28 de diciembre de 2016 va muy en serio. Soy un apasionado de los videojuegos en general, y me gusta probar todos los géneros, consolas y juegos posibles, independientemente de guerras de hardware, o las típicas rivalidades entre usuarios que defienden lo suyo. Y aún así no os voy a engañar: a veces supone un problema. ¿Por qué? Muy fácil: si por mi fuera tendría todas las consolas posibles, pero tanto el tiempo como el dinero acaban poniendo barreras para que tengas que tomar ciertas decisiones. Por eso, cuando en su día aposté por comprar una PS4 lo hice pensando en grandes sagas como 'God of War' o 'Gran Turismo', o estudios como Naughty Dog y Guerrilla. Y efectivamente, la consola no me ha defraudado. Pero el hecho de que muchas cosas hayan salido bien; o de que tanto el presente como el futuro sean realmente interesantes, no implica que no sea capaz de ver aquellas cosas en las que no solo se han equivocado, sino que han sido claramente derrotados.
La competencia es buena
Una frase muy tópica. Tan inocente o simplista como auténtica y positiva. Es de lo primero que te enseñan en clase de marketing, y una ley que normalmente suele cumplirse. Pero lamento decir que hay ocasiones en las que no influye para nada. Porque el marketing es como la estadística: puede mentirte en función del contexto y la forma de enfocarlo. ¿A qué me estoy refiriendo? Claramente a la extrapolable situación que vive actualmente Sony frente a Microsoft. Mientras la segunda tiene una política de retrocompatibilidad admirable, funcional, justa con el consumidor, y sobre todo revolucionaria en la época que estamos viviendo, a la primera parece darle igual. Probablemente si fuera un mercado más importante, si de ello dependiera ganar la batalla de la generación, o si hubiera muchos usuarios enfadados la situación cambiaría, y entonces la competencia sí sería buena. Pero como las cosas nos van tan bien... pues como que no nos importa.
Y sinceramente, creo que hay motivos de sobra para protestar si hacemos un pequeño ejercicio de memoria. Mientras Xbox One solamente tiene dos antecesoras, PS4 tiene por ahí una buena legión de "retroamigas". Nada más y nada menos que tres consolas de sobremesa y hasta dos portátiles. Y sin embargo, en PS4 no podemos jugar ni a una décima parte de lo mejor del catálogo de tan solo una de ellas (ya no digo de todas). Mientras los clásicos de PSone están perdidos en el limbo, sin posibilidad de ser compatibles en PS4, y sin ampliar su catálogo desde hace muchos meses, los de PS2 llegan a cuenta gotas, son caros, y encima hay que volver a pagar por ellos si ya existían para PS3 y los teníamos (ejemplo: los 'Grand Theft Auto'). Esto en cuanto a lo más retro. Hablemos ahora de PS3. ¿Dónde está PS Now? En su día ya le dediqué una Zona, y lo más lamentable del asunto no es solo el precio que tendrá, o la negativa a poder usar los juegos de PS3 que ya hemos comprado en PS4, sino que ni siquiera tenemos información de cuándo podremos disfrutarlo en nuestro país.
Por último están las portátiles: PSP y PS Vita. Vale. Existe una tal PS TV que nos permite jugar en nuestra televisión a los juegos digitales de ambas, e incluso a los clásicos de la Store que sean compatibles (que no son todos, por cierto). Pero... ¿y PS4? Si tanta importancia le dan al Uso a Distancia entre PS4 y PS Vita, ¿por qué no dar la posibilidad de hacer al revés? Es decir, traspasar lo que vemos en nuestra Vita a la pantalla grande. Sin lugar a dudas sería una manera fácil de poder disfrutar el catálogo digital de las portátiles (que ya hemos pagado) en nuestra televisión grande. Vale, quizá esto último ya os parece de ciencia ficción, pero desde luego también me lo hubiera parecido lo que hizo Microsoft con Xbox One, y ahora resulta que cuando anuncian que 'Red Dead Redemption' será retrocompatible, aumentan las ventas del de Xbox 360 considerablemente.
En definitiva, no es solo la política que está tomando Sony en cuanto a la retrocompatibilidad (de utilizar los discos originales ya nos olvidamos), haciéndonos pagar por cosas que ya tenemos, sino que además la selección y la asiduidad de los juegos clásicos que van llegando es casi ridícula. Y por si fuera poco, encima nos tienen en ascuas con el único sistema que, de algún modo, se parece a todo lo que estamos hablando: PS Now (o como dije en su día, PS Mañana, o Nunca). Y con esto termino: que no se considere esto como una crítica destructiva a Sony. Sino más bien ante una petición desesperada de que, entre todos los que estamos contentos con vuestro servicio (que somos muchos), también nos encontramos una legión fiel de seguidores que deseamos que se tenga en cuenta que el mercado también pasa por satisfacer esas necesidades. Y sí, independientemente de si reportan o no grandes beneficios para ellos. Que ya tengáis nuestros dieces para muchas cosas, no quiere decir que a la larga nos cansemos de otras. Al consumidor hay que cuidarlo día a día, y ya que hablamos de retrocompatibilidad, hay que recordar el pasado, para afrontar bien el futuro.