'Final Fantasy XIV' fue un desastre. Su sistema era más bien torpe —producto del descaro de una Square Enix prepotente, que dominaba el mercado del rol en todo el mundo— y se basaba antes en el diseño de 'Final Fantasy XI' que en el de los MMORPG más modernos. No fue hasta la llegada de Naoki Yoshida y su equipo cuando el título tuvo la oportunidad de redimirse.
'Final Fantasy XIV: A Realm Reborn' supuso no solo el regreso, sino también el cambio. Pero incluso así, su éxito no habría sido el que es ahora sin la puesta en escena que promocionó la llegada del juego. Tras constantes cambios en los cielos de Eorzea y una espectacular regulación de sus elementos —como el hecho de que los monstruos invadieran las ciudades seguras— el momento final llegaba. Era Answers, el tema compuesto por Nobuo Uematsu e interpretado por Susan Calloway, el que ponía punto y final al reino original. Uno que venía acompañado de la impresionante animación que mostraba la destrucción de Eorzea.
Son detalles que no han faltado nunca en el título. Pasaría lo mismo con el exilio del Warrior of Light en Ishgard y en la preparación de la batalla para liberar Ala Mhigo y Doma en su última entrega, 'Stormblood'. Ahora la historia da un paso más y, lejos de romper con la tradición, Square Enix plantea la mejor puesta en escena posible para 'Shadowbringers'.
El cambio al final del camino
La cinemática que sus creadores han escogido para la presentación es una clara definición del panorama que hay ahora en la escena del juego. Por primera vez se conecta toda la línea temporal, desde la versión 1.0 hasta el final de 'Stormblood'.
No solo es una representación gráfica de todo lo que ha vivido el Warrior of Light, sino también nuestro camino. El de todos y todas las Warriors of Light que pueblan Eorzea. Es el viaje de los héroes. Desde su primera clase, la más básica de todas, hasta la fuerza del Samurai implacable que aparecía en su última expansión.
En Square Enix saben que hay hype y han querido estirar del hilo. Es, seguramente, la más críptica de sus introducciones. No sabemos cómo ha estallado la guerra con el Imperio, ni que ha sido de los Scions of the Seventh Dawn tras los sucesos de Prelude in Violet. Más misterioso aún es la aparición de las nuevas criaturas —que tienen cierta similitud con los Aragami de 'God Eater'— o la de la chica que acompaña a Thancred, que también se enmarca en la portada ilustrada por Yoshitaka Amano.
Y no es solo esto, escasos minutos antes de publicar estas líneas se ha confirmado que A Requiem for Heroes, el título con el que llegará su parche 4.5, se partirá en dos lanzamientos. Algo que apunta, sin duda alguna, al planteamiento más extenso que hayamos vivido nunca en el contenido conectivo entre expansiones.
En términos generales, se podría decir que 'Shadowbringers' es el broche final de 'Final Fantasy XIV'. Es lo que se ha llevado arrastrando desde los primeros compases, desde la batalla entre el Imperio y Midgardsormr, desde la caída de la Ultima Weapon o la derrota final contra Nidhogg. En 'A Realm Reborn' ya vivíamos, aunque de lejos, el conflicto con los refugiados de Ala Mhigo e incluso Doma, con la llegada de Yugiri y compañía. Es una revolución a nivel narrativo, el verdadero fin de un era. El conflicto final para evitar que llegue la octava Era Umbral.
Pero no solo resulta una renovación total en el apartado argumental. También hará lo propio a nivel mecánico y jugable. La introducción del Trust System, que nos permitirá realizar contenido con NPCs, promete solucionar los problemas de esperas a la hora de realizar dungeons de nivel bajo. Y, por otro lado, la función de New Game + será esencial para poder revivir las misiones del Main Scenario, una forma de apelar a la nostalgia de una comunidad que siente mucho por la obra.
Así se abren nuevos horizontes. La reconstrucción de Ishgard, por ejemplo, resulta algo muy coherente con el paso del tiempo dentro del juego y la devastación de la ciudad tras su extensa guerra contra Dravania. Yoshi-P y su equipo han vuelto a obrar su magia para demostrar que 'Final Fantasy XIV' es mucho más que un MMO basado en el mundo de fantasía que nacia treinta años atrás. Una gran celebración que promete llevarlo mucho más allá de ese quinto aniversario.
La duda, entonces, es qué pasará tras este último pack de contenido. Prelude in Violet y este nuevo A Requiem of Heroes ya apuntan a los compases finales del juego. Casi resulta difícil pensar en que haya alguna forma de abrir frente tras los acontecimientos que veremos en 'Shadowbringers'. 'Final Fantasy XI' contó con seis expansiones y una enorme ampliación de contenido, por lo que no es necesario hacer sonar la alarma, pero sí parece intuirse una suerte de final en el horizonte distante. El hecho de que la introducción de la nueva raza pueda ser la última ya es un claro indicio de ello.
Sea como sea, lo que queda claro es que Square Enix y todo el equipo de desarrollo han puesto toda la carne en el asador para esta nueva entrega. Una que se plantea como la más ambiciosa de todas y que promete cumplir con las expectativas que todos los fans llevamos años arrastrando. La revolución más grande de su historia está a punto de llegar a Hydaelyn y esta vez todo apunta a que la reunión será mucho mayor que la que vimos en su día, a las puertas del regreso de Bahamut.