OPINIÓN

La reminiscencia de 'Kingdom Hearts III' es parte de su magia

La idea de haber pasado por todos sus mundos e historias es uno de los factores más importantes de 'Kingdom Hearts III'.

Por Oscar Martinez 2 de Febrero 2019 | 22:39

Este artículo no contiene spoilers sobre el desarrollo o argumento de 'Kingdom Hearts III'.

Han sido muchos los años de espera. Varios los títulos que hemos encontrado por el camino. Y, por supuesto, una enorme expectación la que nos ha sobrellevado mientras esperábamos, pacientes, la llegada de la entrega definitiva de 'Kingdom Hearts'.

Si hacemos trampa y ponemos a 'Kingdom Hearts II' como el último punto de la saga nos encontramos un enorme camino por delante. El drama de Xion en '358/2 Days' y como el título consigue que empaticemos con Roxas y Axel. La aventura del trío Aqua, Terra y Ventus a lo largo de 'Birth By Sleep' y el periplo de la chica a través del Reino de la Oscuridad. Y, por supuesto, las aventuras de Sora y Riku en 'Dream Drop Distance' y como nos deja a las puertas de esta nueva aventura. Y eso sin tener en cuenta el principio de todo, a través de 'Unchained X'.

Los pasos que nos llevan hasta el final esperado final

Ahora todo este camino, todas estas entregas e historias convergen en un único punto. 'Kingdom Hearts III' ya es una realidad y toca unir todos los puntos en la entrega que pondrá fin de una vez por todas a los intentos de Xehanort por hacerse con el control de Kingdom Hearts. Se intuye que la franquicia no verá su punto y final en esta entrega, por supuesto, pero la idea de la batalla definitiva es algo inherente a su lanzamiento.

Un papel sobre el que 'Kingdom Hearts III' juega con la idea de la reminiscencia. De rendir tributo a todos los títulos que han creado el camino hasta esta entrega. No solo es el final que tanto tiempo hemos estado esperando. También es la reunión de todos sus actores y actrices. El momento en que volvemos a unirnos a Sora, Donald y Goofy. Pero sabemos que Riku y Kairi, entre otros, también nos están esperando.

Un sentimiento que va mucho más allá de lo argumental. Y es que 'Kingdom Hearts III' recupera partes esenciales de todas sus entregas anteriores. Las invocaciones que nacían en su primera entrega, el sistema de Tino de 'Birth By Sleep', las transformaciones de 'Kingdom Hearts II' o el Flowmotion de 'Dream Drop Distance'. Por supuesto, la obra cuenta con multitud de cambios y novedades. Pero hay una importante reminiscencia. El hecho de arrastrar todas esas mecánicas lleva de forma implícita la idea del viaje. De haber pasado por todas esas historias y vivencias.

Y no lo hace solo a través de sus actos. También se siente en su escenario. En los lugares a los que regresamos, pero también a los que descubrimos. Al ver como la obra de Tetsuya Nomura mantiene la gracia y personalidad de cada título de Disney pero incluso así consigue que todos sus actores y actrices compartan el mismo cielo que los suyos propios sin que resulten ajenos entre sí.

Quizás es un reclamo personal. Y se entiende por el simple hecho de ser una secuela. Pero la verdadera magia que implica 'Kingdom Hearts III' es precisamente todo el camino que hemos recorrido hasta ahora. Y el juego se esfuerza en recordarnos una y otra vez ese hecho. El simple detalle de conservar y reciclar mecánicas de otros títulos es muestra de ello. Mucho más allá de resultar un acto vago o pensar que el juego se ha quedado corto de ideario, resulta ser parte de esa magia. De su propio corazón.

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