El 29 de Agosto 2016 | 18:13
Es bastante común que limitemos todo a los egos cuando toca describir una obra cultural. No importa si es una película, un videojuego o una infraestructura compleja: siempre tiene que haber un nombre. Hablamos de Kojima, de Miyamoto, Kamiya, Levine... Pero creo que estamos siendo bastante injustos reduciéndolo todo a una sola persona cuando sabemos de sobra que hay un equipo humano detrás que, sin éste, nada hubiera sido posible.
La unión hace la fuerza
Voy a poner un ejemplo donde se demuestra claramente cómo al sinergia grupal puede llegar a ser determinante a la hora de desarrollar un videojuego: Keiji Inafune. El señor Inafune es un genio, dicho sea de antemano; pero cuando no ha contado con todo el viento de cara se ve que no ha conseguido lidiar con la realidad, que poner los pies en el sueño le pilló sin calcetines y se abrasó la planta de los pies.
'Mighty No. 9' es un desastre porque no ha podido hacer sino trabajar aportando ideas a nivel conceptual en Inti Creates y Comcept, donde se nota que ha habido un problema de comunicación brutal entre ambas partes. No sé si será por haber querido tener una versión hasta en Game Boy, pero al final haber querido ser un Formula 1 les ha costado darse contra el muro. Y eso duele, tanto en el propio equipo como en el proyecto y, por supuesto, los usuarios.
Inafune no es uno, Inafune son TODOS.
Sin embargo, parece que en Armature Studios está teniendo mucha más libertad para congeniar con las ideas del señor Mark Pacini, además que Joseph Staten ha tenido vía libre para plasmar en el inminente título de PC y Xbox One todas esas ideas que rondaban su cabeza.
Un barco no se hunde por la caída de uno solo
Es por tanto curioso que una misma persona, con aparentemente la misma cabeza y las mismas manos en un periodo de un lustro, pueda tener dos títulos tan sumamente distintos no solo a nivel conceptual sino también cualitativo. No es normal, y el motivo no es otro que Inafune en realidad no deja de ser uno más dentro de ese proyecto.
Si utilizamos una analogía gastronómica, digamos que Inafune sería la guinda del centro del pastel, pero cuando los comensales fuesen a tomar su porción y viesen esa enorme y sabrosa tarta, llena de guindas de mil sabores, por muy grande que fuese la de Inafune, el producto no debería desquebrajarse por su ausencia: todo lo contrario. El mérito de ese título sería que, pasase lo que pasase, el pastel siguiese siendo pastel sin "la guinda inafunesca" o la más pequeña de todas.
Pasa con todo, y es que nadie es imprescindible, falte la guinda de Inafune o la del tímido desarrollador junior delgadito que siempre llegaba el primero a la oficina. Ojalá 'ReCore' sea un auténtico juegazo, porque es Armature Studio, con todo el peso sobre sus espaldas, quien se lo ha currado de verdad.