El 15 de Septiembre 2019 | 14:15
Es una pregunta muy fácil de realizar pero tremendamente difícil de responder. El término es cuanto menos ambiguo. A lo largo de los años se ha utilizado de múltiples maneras, en muchas ocasiones de forma errónea. La real academia española lo introdujo en el diccionario de la lengua española en el año 2014, y cito textualmente su definición: facilidad de uso que un juego, especialmente en un videojuego, ofrece a sus usuarios. Pero esta descripción no solo es escasa, también se antoja incorrecta desde el prisma analítico.
Sería realmente fácil escribir una frase para darle una lógica a la palabra en sí, pero de ese modo solo conseguiría ser tan ambiguo como la definición de la RAE. Porque, honestamente, pocas cosas son más complejas en el mundo de los videojuegos que la jugabilidad.
¿División de opiniones?
Los analistas utilizan el término para señalar las peculiaridades que un juego tiene con para comunicarse con los jugadores. Y esa interacción puede ir desde las mecánicas jugables, pongamos de ejemplo la capacidad de saltar de 'Mario' en "Super Mario Odyssey", o ya sean puzles o enigmas. O algo tan sencillo como el mapeado de botones predeterminado de un título, o el apartado gráfico y artístico (esto último podría dar para otra reflexión). También podríamos añadir algo tan básico como la música o el rendimiento del juego; si va a 30 o 60 frames por segundo, si esos frames son estables y no sufrimos parones. Si hay tearing volviendo la experiencia incómoda e incluso desagradable creando descoordinación en la imagen de pantalla, o si la resolución del juego hace que la definición se torne borrosa y con ello suframos pérdida de visión.
La manera más común de utilizar el término es para señalar la interacción directa del jugador con el juego. En otras palabras; la capacidad de comunicase a través de los mandos, con las posibilidades que el juego quiera ofrecernos. Podríamos analizar las mecánicas de cientos de juegos y en cada uno de ellos observaríamos alguna peculiaridad que lo haría único. El límite se encuentra en la imaginación de los desarrolladores. Y si analizamos el propósito final, no es otro que el de ofrecer una comunicación con el jugador a través de un juego interactivo llevado a su máximo exponente.
Así pues, ¿qué es la jugabilidad? La respuesta abreviada que resolvería esta pregunta es: todo aquello que tenga interacción con el jugador. Como ya os había advertido, es una respuesta muy ambigua y nada fácil de responder. Pero en términos básicos es así, por lo tanto, cada vez que veáis a alguien esgrimir el argumento de la jugabilidad recordadle que no todo se queda en el manejo del personaje, hay muchas más cosas.