Pues aquí estamos, un día más, en la actualidad del mundo de los videojueguicos. Nintendo parece ir a por todas en el mercado móvil, lo cual en términos empresariales puede ser una de las mejores decisiones que hayan tomado en los últimos años (en términos de jugador pues igual no tanto, pero allá cada cual), y Sony ha confirmado ese secreto a voces que era PS4 Neo, ahora rebautizada de forma oficial como PS4 Pro, que no es más que una versión mejorada de la normal. Tampoco me voy a poner aquí a detallar características porque cualquiera las sabrá a estas alturas gracias al nada desapercibido bombardeo de noticias sobre ella. Y a mí la verdad es que me da mucha pereza.
Pa'l que la quiera
Esto va a sonar como que intento quedar de guay por ir a contracorriente, pero lo cierto es que la noticia más importante de los últimos días es una cosa que me trae sin cuidado (la de Mario en móviles ya no tanto, pero por suerte o por desgracia, este texto no va de eso). Sé de buena tinta que tampoco hay mucho entusiasmado con el tema, incluso algunos están bastante enfurecidos al respecto. En mi caso, sin embargo, es total indiferencia. Ni siquiera tengo una PS4, y la verdad es que quiero una, pero me resulta bastante más atrayente el modelo Slim que el Pro. Simple y llanamente porque es más barata.
Sería muy fácil caer en el típico odio de "vaya mierda Sony y los piperos que la siguen como borregos" y tal, pero en serio, me da igual. Si alguna vez consigo comprarme una PS4 tal vez no pueda jugar en 4K, con texturas de la hostia y esas movidas, pero podré seguir jugando a los mismos juegos y prácticamente me va a dar igual la diferencia de rendimiento (sobre todo 'Bloodborne' que por lo visto no figura entre los actualizados a versión Pro). Y si sigo sin PS4, podré seguir jugando a indies, o a lanzamientos de PC y 3DS, que son los únicos sistemas que tengo ahora mismo. Quiero decir, que voy a poder seguir jugando a cosas y disfrutando de ello, y eso para mí es suficiente; lo único que me llama la atención para hacerme con un determinado sistema es que en él podré jugar a cosas que en otros no, y en el caso de PS4 voy a poder hacer eso con cualquiera de sus versiones. Y por si sirve como prueba de que el tema de las actualizaciones de consolas me la traen un poco al pairo, la última me la compré hace un mes y fue en su modelo más básico, el primero que salió. ¿Por qué? Una vez más, es más barato. No me importaría tener una PS4 Pro o una New 3DS XL si alguien me la regala, claro, ¿pero cuántas probabilidades hay de que pase eso?
De hecho, ¿lo de actualizarlas con nuevos modelos no es un poco ir en contra del encanto de las consolas para el cliente medio? Me refiero a que el clásico argumento que se esgrime en pos de las mismas es la comodidad, el hecho de que simplemente necesitas la consola, el juego, tirarte en el sofá y a jugar. Nada de instalaciones extrañas, actualizaciones (bueno...) o problemas de compatibilidad; tienes toda la seguridad de que al meter un juego dentro vas a poder jugar sin ningún problema. Pero al ir sacando posteriores versiones llegamos al culmen del consumismo: crear necesidades en personas que seguramente prescindían de ellas. Ahora te dicen que si no quieres ser un desfasado te gastes dinero en una PS4 Pro. Casi suena a lo de tener que ir mejorando un PC paulatinamente según van saliendo mejores componentes, ya sabes, lo que normalmente a un usuario de consola no le gusta.
En mi caso, y espero que en el de muchos, lo que me importa son los juegos y poder jugar, y mientras tenga la posibilidad de hacerlo a un rendimiento aceptable, me conformo. Sin embargo nuestra industria, parece que cada vez más, le da un mayor protagonismo al hardware que al software; importa más tener un sistema potente que los títulos que puedas jugar en él. A lo tonto, la absurda guerra entre PC y consolas ha llevado a las compañías de estas últimas a tener un innecesario complejo que las llevan a actualizar sus sistemas una y otra vez, para que no se diga que están obsoletas.
Claro que también todo esto obedece a estrategias empresariales y de mercado, y diversas movidas económicas para ganar dinero que a mí ya igual me abruman un poco. Lo que dije antes, crear necesidades para que compren más y eso. Pero al final acabo pensando que oye, si a alguien le interesa y quiere adquirirla, pues bien por esa persona, supongo. Porque a mí la verdad es que me da un poco igual todo.