'Oxenfree' se encuentra de forma gratuita en la Epic Store. Como no podría ser de otra forma, me he dirigido directo a la plataforma para reclamar un título que seguramente se quede en ella cogiendo polvo —virtualmente hablando— hasta que algún día haya un escaso hueco en mi agenda y me permita dedicarle las horas que se merece.
Pero entonces he recordado porque tenía tanta prisa por hacerme con él. Y lo cierto es que adoro 'Oxenfree' y ya le he dedicado varios textos a lo largo de mi trayectoria. Abro Steam. La respuesta es más que evidente. Más de 20 horas dedicadas a un título ciertamente breve. Quizás no me habría hecho falta recurrir a la plataforma digital para hacerme con un juego que ya he disfrutado antes y que poseo en otro servicio similar.
No es un ejemplo idóneo y se atribuye a mi despiste, sin ninguna pretensión de criticar las ofertas de uno u otro servicio. Pero lo cierto es que nos encontramos en un punto del medio que resulta casi confuso. Echando un ojo rápido a mi biblioteca de Steam se listan más de cincuenta o sesenta títulos que todavía no he tenido oportunidad de tocar. Pero si a eso le añadimos el contenido de PlayStation 4 y Nintendo Switch —por no ir más allá de esta generación—, el listado crece alarmantemente.
¿A qué jugar cuando no hay tiempo?
Por supuesto, hay contenido de bundles y otras ofertas "irresistibles" que han llenado la biblioteca, pero si echo un ojo a mi lista de favoritos —aka, esos que tendría que haber jugado hace ya demasiado tiempo— me encuentro nombres como 'Pyre', que cedió paso a un análisis, 'VA-11 HALL-A', que corrió la misma suerte o 'Gris', que no llegó ni a ser instalado pese a lo breve que resulta su experiencia. 'Pokémon Let's GO! Pikachu', 'God of War' o incluso 'Kingdom Hearts III' son otros relevantes del listado.
Una serie de títulos que no se encuentran en ella por el simple hecho de cargar con una biblioteca llena de obras por probar, sino por la simplicidad de una presión social a la que, a veces, siento que obedecemos sin percatarnos. No pretendo culpar a desarrolladoras o distribuidoras. Tampoco a la prensa — lo cual sería como pegarse un tiro en el pie. Sino a uno mismo, al propio concepto de usuario que va ligado a la actualidad del medio. A la idea de estar al día de todo y con todo.
Es la evolución lógica, por supuesto. E ideas como las de Google Stadia o Apple Arcade no son más que un indicativo de ello. Pero también me resulta algo agotador. Quizás los 25 años me pesen más de lo que imagino pero me resulta especialmente difícil estar al día con los lanzamientos. Me ocurrió con 'Kingdom Hearts III', avanzando deprisa y maldiciendo su obsesión con las cinemáticas sobre los scripts para narrar su historia, sabiendo que esas horas de más las perdería de otros títulos que tengo pendientes.
Pero sé que no es del todo un hecho aislado. Porque hace apenas unos días me sorprendía encontrar a gente siguiendo un comentario en el que agradecía que 'Final Fantasy XV' no se alargase hasta la nota media de su franquicia. Y me remito a ese artículo de Polygon en el que se alababa el pagar de más por jugar más deprisa, gracias a su aumento de experiencia de 'Assasin's Creed Oddysey'. Lo he vivido con compañeros, recorriendo el lejano oeste de 'Red Dead Redemption 2' a velocidad de la luz para no perderse el siguiente encuentro y lo veo, día a día, en redes sociales con una infinidad de títulos.
No es necesario. De verdad, no lo es. La presión social, quizás incluso global, no debería interponerse entre el usuario y la obra. No importa que venga después o que haya venido antes. Paso por esto a diario, cuando llega un nuevo título que analizar. Pero, desde luego, no pienso hacerlo cuando no es menester. Jugar corriendo y perder detalles por el camino no es la solución. Independientemente de si lo hacemos para poder comentar esa nueva obra en redes sociales, para evitar spoilers o si lo hacemos para llegar a tiempo al próximo lanzamiento.
Mientras reflexionaba sobre estas líneas he estado paseando por el mundo que propone 'The Witcher 3' mientras me acercaba a la cuarta temporada de 'Juego de Tronos'. En su día lo intenté con ambas, pero la soga del tiempo me obligó a dejarlas atrás. Curiosamente, y sabiendo que mi lista no para de crecer, hoy las estoy disfrutando con mucha más calma que entonces. Ya habrá tiempo para todo lo demás.